La caída del estado de alarma ha vuelto a despertar las conductas delictivas de los ladrones de bicicletas. Al decaer el toque de queda el pasado 9 de mayo, los cacos han aprovechado la libertad de horarios y movimiento para incrementar sus hurtos hasta un nivel tal que 350 bicis han sido sustraídas de media al día, según los últimos datos del mes de junio a los que ha tenido acceso ABC. Ante esta nueva y preocupante escalada de actos delictivos, el Ayuntamiento de Madrid ha decidido implantar de forma progresiva desde este verano candados de seguridad en las 3.000 bicicletas públicas de alquiler y cámaras en las estaciones más conflictivas para poner fin al incremento del vandalismo. «Ante los preocupantes datos registrados en el mes de junio, el director gerente de la Empresa Municipal de Transportes (EMT), Alfonso Sánchez, remitió el pasado martes una carta a la delegada del Gobierno, Mercedes González, para solicitar la colaboración de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado y frenar la comisión de delitos contra Bicimad», indicaron a este diario fuentes municipales. Lo cierto es que las sustracciones de vehículos de las bases fijas se han multiplicado un 107 por ciento en lo que va de año respecto a 2019, previo a la pandemia. Si se toman como referencia los meses de marzo y abril de este mismo año, es decir, antes de levantarse el toque de queda, el repunte también es muy significativo, ya que se eleva al 82 por ciento. Ante esta nueva oleada de delincuencia, la EMT se ha visto obligada a interponer denuncias diarias para tratar de recuperar las bicis que son robadas y que, pese al sistema de geolocalización que llevan integradas, no logran dar con ellas. Por ejemplo, desde el fin del toque de queda y hasta 27 de junio se sustrajeron 264 vehículos. En todos estos casos, el modus operandi de los usurpadores es siempre el mismo, muy rudimentario y poco sofisticado: retiran las bicis de los anclajes empleando la fuerza y los vehículos son después abandonados en cualquier esquina. La mayoría de las que son halladas se encuentran con graves desperfectos, lo que implica tener que someterlas a reparaciones que las dejan fuera de la circulación durante días. A ello hay que sumar el coste de las bicis que no se logran recuperar. Cada unidad supone cerca de 1.314 euros para las arcas municipales. Para repararlas, se van a contratar a 25 operarios para reforzar el servicio y acelerar los plazos de recuperación de bicis. Además de reforzar la seguridad de cada ejemplar con los nuevos candados, el Ayuntamiento también va a comenzar el despliegue de cámaras en las 258 estaciones de Bicimad. El objetivo es que a final de año ya esté operativo el sistema de videovigilancia en las 50 bases calificadas como más problemáticas, que se concentran en los distritos de Centro, Salamanca, Chamartín, Chamberí, Retiro y Arganzuela. Yya a lo largo del 2022, se proseguirá su implantación en el resto de la red. «El sistema de videovigilancia permitirá el acceso instantáneo y visionado de las cámaras de Bicimad», indican desde el Consistorio. ‘Hackeos’ Desde que se inauguró el servicio en 2014, el vandalismo en sus múltiples facetas ha sido una constante preocupación para la administración. Ese mismo año piratearon la red y proyectaron un vídeo pornográfico en las pantallas de las estaciones; mientras que en 2017, con el estreno de la nueva aplicación, otro ‘hacker’ se coló en el sistema. En 2019, los datos de los cerca de 63.000 usuarios quedaron al descubierto. Pero desde este verano, robar será más complicado.
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