Dicen que el futuro del mundo rural es sostenible, «eco-friendly», de pueblos «slow» y economía verde. Nombres rimbombantes para la «Agenda 2030», para que presente Pedro Sánchez dentro su soñada «España 2050» e incluso para la pugna de proyectos que capten esos fondos europeos este 2021 que debiera importarnos más que cualquier futuro posible, utópico o distópico. Ya decía Flaubert que «el futuro nos tortura y el pasado nos encadena. He ahí por qué se nos escapa el presente». Y de eso por aquí andamos sobrados de experiencia. Lo cierto que es la vida en los pueblos ha sido siempre más o menos así pero sin necesidad de pegarle etiquetas. No hay nada más sostenible que un rebaño de ovejas, nada más «slow» que un vino dormido en roble ni nada más verde que ver amarillear los campos. Sin embargo, la gallina de los huevos de oro de nuestros pueblos de páramo y solana no necesita gallina (y de paso resuelve el misterio). Su dorado es paradójicamente el mismo que permitió el boom de la España de costa y desarrolló el imperio del turismo de playa dejando al margen la otra España, reseca y de interior, donde no llegaban suecas ni sombrillas. Ahora ese sol también se hace dinero en decenas de municipios de Castilla y León. Porque cada vez hay más pueblos que viven generosamente de los paneles solares y los molinos de viento. La economía verde y renovable eran monstruos de metal ensuciando el horizonte y campos de espejos donde no se siembra pero se recogen miles de euros. Cientos de hectáreas que atraen población de manera efímera, mientras los operarios construyen las instalaciones, y luego recaudan ahondando en la so ledad de las plazas vacías. El cambio de modelo rural es que los agricultores vendan sus tierras a las eléctricas para poder jubilarse con comodidad y olvidarse de hacer granero con la preocupación constante de si esta cosecha cubrirán costes. Vivir del aire y del sol en el pueblo como si siempre fuera domingo es algo milagroso para los aldeanos ajados que envejecieron encadenando semanas de lunes. Esta es la (de momento) rentable esperanza verde que también termina en desarraigo.
De España https://ift.tt/3vDQHcQ
0 comentarios:
Publicar un comentario