
La venta de droga indiscriminada resultó ser su perdición. La tendera de El Álamo Y.B.C., de 44 años y origen colombiano, camuflaba pequeñas dosis de hachís y cocaína entre el surtido de golosinas, frutos secos y refrescos que vendía. El plan parecía perfecto, pero nada más lejos de la realidad. La detección de un grupo de jóvenes que portaban sustancias estupefacientes motivó una rápida averiguación en cadena que dio al traste con el ‘bazar de la droga’ de la localidad. Todo comenzó el pasado viernes, cuando agentes de la Guardia Civil descubrieron las primeras dosis en un control rutinario de seguridad ciudadana. Al preguntar a sus portadores por su procedencia, varios de ellos revelaron haberlas comprado en un establecimiento de alimentación...
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