
Thiago Alcántara fue la novedad ante Marruecos y cumplió con responsabilidad a la hora de distribuir el juego: 86 de 87 pases correctos (98,9% de acierto de pase), tres regates de cuatro intentos completados y cinco balones recuperados, por fin titular en esta selección en la que ha sido uno de los referentes durante la etapa Lopetegui. Antes de volver ayer a los entrenamientos, pasó el día libre con su familia, descansando en la cálida Krasnodar (casi 40 grados) y asimilando el duelo de octavos del domingo ante Rusia, lo único que le preocupa. Está centrado en el Mundial, ese torneo con el que soñaba jugar para emular a su padre (Mazinho, quien fuera campeón del mundo en 1994), por lo que no pierde un segundo en responder sobre su futuro y tampoco en lamentar la salida de Lopetegui. Prefiere hablar de fútbol, pocos lo hacen tan bien. -¿Con qué sensaciones llegan a octavos después del gris empate ante Marruecos? -Sin estar exactamente como queremos, acabamos primeros de grupo. Y con un margen de mejora gigante. Hay que hacer autocrítica de la fase de grupo que hemos tenido, hubo momentos brillantes y otros no tan fuertes. Hay mucho por crecer y tenemos ganas de hacerlo. Generamos ocasiones, hemos metido seis goles, pero es verdad que estamos encajando mucho. El equipo está muy bien físicamente, se entrena fuerte, compite bien. -¿Qué valoración hace de Rusia? -Es un rival muy fuerte que está jugando en casa. Inició de forma increíble la fase de grupos y ante Uruguay no tuvo el día tras perder un jugador pronto por una expulsión. Tiene calidad y con jugadores fuertes arriba. -¿Cómo está viviendo el torneo? -Me encuentro cómodo, fuerte, con ganas y con hambre. Sigo así; con esa hambre y ganas de jugar más y más partidos, para que venga lo que venga estemos preparados. -Cuando era niño, seguramente pensaría en qué Mundial podría estar. ¿Este era el que tenía en mente? -¡De pequeño me imaginaba hasta el de 2010, el de Sudáfrica! Hubiera tenido 19 años... Pero las circunstancias han sido así. En Brasil tuve la lesión y ahora tengo la oportunidad de jugar este. Un Mundial es un Mundial, da igual el que te toque. Es el torneo más bonito que existe de todos los deportes. -Además, usted tendrá la copa que ganó su padre en casa. -Cuando éramos pequeños, veíamos la tele y ahí encima estaba una copa en miniatura que les dan a los campeones, una réplica pequeñita. Una gozada. -¿Cuál es su primer recuerdo de un Mundial? -Pues una vez que mi padre llega de Estados Unidos, en 1994, y de la celebración ahí en casa. De los partidos no me acuerdo mucho, pero sí de la fiesta y de la recepción en casa. En Brasil se vive de una manera distinta al resto del mundo, es una religión. -¿El fútbol era casi obligatorio en su casa? -No. El deporte más o menos sí que lo era. Era la forma en que nos uníamos, nos divertíamos, nos servía para huir de problemas y para mantenernos sanos. -¿Qué es para usted el fútbol? -Es mi vida. Lo he amado desde pequeño y lo sigo amando ahora. El poder disfrutar de esto sin que nadie me haya forzado, y el tener a alguien en casa que lo practicaba de manera profesional es una suerte tremenda. -¿Qué le interesaba de este mundo cuando era pequeño? -Mucho más del aspecto futbolístico, siempre destaco el aspecto social. Lo dicho: la gente te ve y se piensa que te conoce. Yo podía analizar a un futbolista en lo que tenía que hacer antes o después de un partido. Y esa era mi curiosidad. ¿Qué hace un futbolista para prepararse? ¿Qué hace un jugador para recuperarse? ¿Qué hace en un momento vago de la semana? Yo tenía esa curiosidad. -Es usted un jugador reservado, al que no le gusta hablar demasiado con los medios. ¿Por qué? -Esa es la intención. Ya nuestras vidas son abiertas de por sí, así que intentamos mantener la máxima privacidad posible. Yo soy muy celoso de eso, de poder estar en los sitios y de poder disfrutar de mi familia sin que nadie moleste. Obviamente, si alguien te para por la calle te da cierta alegría y ese reconocimiento es agradable. Pero sí que es cierto que me gusta la privacidad. -¿Es eso lo que menos le gusta del fútbol? -No. Hay cosas mucho peores. -¿Cuáles? -Lo que menos me gusta es la hipocresía, la falsedad que hay... Tu carrera puede ser tan efímera como el reconocimiento que puedas tener. Las he podido vivir siendo pequeño y lo vivo con compañeros. -Tiene un gran discurso en el cara a cara, y analiza muy bien un partido, pero luego en una rueda de prensa parece que se protege. ¿Por qué? ¿Se pone nervioso? -No, no. No me puse nervioso en el parto de mi hijo, así que tampoco me pongo nervioso en una rueda de prensa (ríe). El fútbol ha cambiado y la prensa también. En ciertos aspectos a mejor, y en muchos aspectos a peor. Vamos con un escudo a ciertas preguntas que son indecentes para ese momento y otras que hay que obviarlas. Directamente buscan la polémica, el titular. -¿Hay demasiado folclore ahora? -El problema es que la gente es muy mitómana. Muy amante del fútbol. Al ver a la gente en la calle se mitifica el estar fuera, el que se piense que al verte cada tres días en la televisión ya te conozca. En parte te da ese calor, pero te roba la privacidad. -¿En el campo, piensa mucho? -Demasiado, pienso demasiado. Un gran futbolista es el que consigue desconectar de los pensamientos del qué va a pasar, qué puede ocurrir si tal... Son pensamientos innatos de reacción. Recibes y un segundo antes ya has decidido la jugada. Esa es la diferencia de estar pensando mucho o no de manera positiva. Recibes y en función de cómo están tus compañeros vas a reaccionar de una manera u otra. El cerebro es la parte más importante de un futbolista. La velocidad en la que reaccionas en ese momento. -¿Y quién ha sido el más rápido de los que ha visto? -Para mí, Xavi y Andrés (Iniesta), sin duda. Bueno, y Leo (Messi). Son rapidísimos. -¿Está infravalorado el talento hoy en día? -El talento es lo principal del fútbol. Trabajar todo el mundo quiere trabajar. El talento es innato. No está bien valorado porque el fútbol se ha vuelto muy mecánico, muy de fuerza. La gente de tocar tenemos que crecer en lo físico. Crece Andrés y el resto tenemos que hacer lo mismo. -¿Se fija demasiado la gente en los vídeos de acciones más llamativas, en ese pase que se hace viral o el golazo de turno? -Vamos a ver, en el fútbol se puede hacer de todo. Si no te gusta un regate, te vas a la grada y lo miras desde arriba. Al final, lo más importante es que tu acción valga para algo. Aprendes eso. Tienes unas condiciones técnicas muy buenas y las pones al servicio del equipo. -Hay quien prefiere un rol secundario. A usted lo que le gusta, también por su posición en el campo, es ser protagonista. -A mí lo que más me gusta es potenciar la calidad de mis compañeros. Obviamente me gusta dar asistencias, marcar goles y jugar bien. Pero me gusta ayudar al otro con mi juego, es muy bonito. Hacer buenos a los demás. -Antes se le acusaba de hacer cosas demasiado bonitas antes que prácticas. ¿Se mejora eso? -Son los años. Maduras y la toma de decisión es lo más importante. Si antes actuaba de esta forma, ahora pienso que puedo hacerlo de 50 formas distintas, otro enfoque. Y aprendes, claro. -¿Está disfrutando del fútbol más que nunca? -Es diferente. Todo es mucho más calmado. Cuando empiezas a jugar, se vive todo con una excitación diferente. No nerviosismo, pero sí con ansiedad para que llegue el partido, para saber cuántos minutos vas a jugar... Cuando vas cumpliendo años, se calma todo un poco, se ve con otra perspectiva. Se disfruta de otra manera. -¿Qué tiene que pasar para ganar un Mundial? -Jugar bien y suerte. La suerte influye, pero se busca. Tú generas cosas, pero cuantas más generes, más opciones de buena suerte hay. La suerte llega por hacer las cosas bien. -Quizá ahora que llegan las eliminatorias, el equipo pueda cambiar el chip. -Eliminatorias, no. Es la eliminatoria. Ahora mismo solo hay una. Rusia. Hay que dejarse de tópicos. Solo hay un objetivo que es el partido del domingo. No hay más. Hay que ganarlo. -¿Haberlo pasado tan mal hasta el momento puede ser una liberación? -Se ha visto en los momentos más delicados que el equipo es fuerte, sigue generando fútbol y controlando los partidos. Es cuestión de tener más fortaleza defensiva. Hay que dar un paso más para poder ganar el Mundial. -¿Piensa en que se puede ganar de verdad? -Sí, claro. Con el equipo que tenemos, solo podemos pensar en ganarlo, tienes que hacerlo. -España no tiene un jugador estilo Messi o Ronaldo. ¿Es mejor o peor? -La diferencia es que nosotros tenemos un montón de futbolistas de ese nivel. Y somos humildes y trabajadores, talentosos, tenemos hambre de ganar.
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