Campazzo y Tavares rescatan al Madrid en Milán

El Real Madrid mantiene su racha triunfal de la temporada. Volvió a ganar el equipo blanco y lo hizo esta vez a domicilio. Su primera victoria del año lejos del Palacio en la Euroliga. Una alegría sufrida y trabajada, que se cimentó en la defensa tras un primer tiempo desastroso. Campazzo y Tavares fueron decisivos en esa labor y Randolph brilló como ninguno en ataque. Hacía tiempo que el Real Madrid no se tambaleaba así en un inicio de partido. Le llegaban los golpes sin descanso, dirigido el Armani Milán por Mike James y con Micov como brazo ejecutor. La velocidad el conjunto italiano desarboló a los de Laso, con Tavares sufriendo como nunca. La consecuencia fueron dos faltas personales muy rápidas del pívot que le llevaron al banquillo. Con él se fue la poca resistencia blanca bajo los aros. Mientras el serbio y Gudaitis abrían un abismo en el marcador (28-13, min. 10), Laso buscaba soluciones sin encontrarlas. Naufragaba Kuzmic, perdido en ataque y en defensa, y solo Randolph ejercía de salvavidas. Sus trece puntos en el segundo cuarto y la actitud defensiva de Campazzo maquillaron el desastre del Real Madrid, que se marchó a los vestuarios con alivio a pesar de los nueve puntos de desventaja (50-41). Un mal menor, visto lo visto. Porque el Armani Milán había sido muy superior en la cancha, con un acierto brutal cerca del aro que Laso se obsesionó con frenar en la segunda parte. Mágico Campazzo La reacción del Real Madrid tenía que cimentarse en la defensa y por eso el quinteto inicial blanco en el tercer cuarto establa plagado de gladiadores como Campazzo, Rudy o Tavares, que obraron la metamorfosis blanca en Milán. Un cambio radical que atascó la zona y obligó a los italianos a mirar a la larga distancia. Solo Micov mantenía el tipo por entonces entre los de Pianigiani, castigados por Tavares en la pintura y por Rudy Fernández en el perímetro. Un parcial de 11-0 culminó la remontada blanca (57-61, min. 28), aunque la calidad de Mike James obligó al Madrid a un esfuerzo final para asegurar la victoria. El duelo entre el base americano y Campazzo –que jugó sin descanso toda la segunda mitad– acaparó los focos en el final de partido. Un cara a cara del que saltaron chispas, con triples de ida y vuelta que llevaron el choque en un puño casi hasta el final (80-81, min. 38). El cara o cruz lo decidió el menudo base argentino con un triple estratosférico que terminó por derribar a los italianos. Canasta que le da al campeón su primera victoria a domicilio en una de las canchas más complicadas de la Euroliga esta temporada.

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