miércoles, 31 de octubre de 2018

Los acompañantes de Puigdemont en Alemania admitieron al juez que conocían la orden de arresto

El juez considera que los cuatro acompañantes del fugado Carles Puigdemont cuando fue arrestado en Alemania desconocían que la Justicia volvía a seguir los pasos al expresidente catalán. Por ello, el magistrado de la Audiencia Nacional Diego de Egea cierra la investigación abierta contra los cuatro por el delito de encubrimiento, en contra del criterio del Ministerio Público, que puede recurrir la decisión. El argumento del juez choca incluso con la propia tesis de los investigados, quienes admitieron en la Audiencia Nacional que conocían que se había reactivado la orden de arresto. Para tratar de excusarse, los acompañantes de Puigdemont alegaron ante el juez que fueron a recoger al «expresident» para llevarle a la Fiscalía belga. Así se expresaron en su comparecencia el pasado 4 de junio, según fuentes jurídicas presentes en la declaración. A pesar del archivo, el juez pregunta a la Fiscalía si procede ordenar la busca y captura de uno de ellos, el empresario Josep María Matamala, puesto que no acudió a declarar cuando fue citado. Amigo íntimo de Puigdemont, Matamala no se ha separado del «expresident» desde que éste huyó de España el 30 de octubre de 2017. Puigdemont fue arrestado el 25 de marzo en la región de Schleswig-Holstein. El ex «president» volvía por carretera a Bruselas después de impartir una conferencia en Finlandia. La Policía alemana lo interceptó en la autopista A7 cerca de la localidad de Schuby, tras recibir el aviso de los agentes españoles de inteligencia. Además de Matamala, le acompañaban los Mossos d’Esquadra Carlos de Pedro y Xavier Goicoechea, y el historiador Josep Luis Alay. En el auto, el juez asegura que la investigación no ha conseguido demostrar que los cuatro acompañantes tuviesen intención de ayudar a Puigdemont a sustraerse de la Justicia. Ello se debería a que, según el magistrado, no consta que conociesen que se había reactivado la euroorden ni la comisión del delito previo, el de rebelión, una tesis contradictoria con las explicaciones de los propios afectados. La euroorden que provocó la detención de Puigdemont se dictó dos días antes, el 23 de marzo, cuando el juez Pablo Llarena cerró la investigación por rebelión en el Tribunal Supremo con el auto de procesamiento. Llarena reactivó ese día las órdenes europeas de detención y entrega contra los huidos. Puigdemont –ahora declarado en rebeldía por el Supremo, con la euroorden retirada– había viajado a Finlandia el día antes, 22 de marzo. «De las diligencias practicadas se deduce que los cuatro investigados no tenían conocimiento de la activación de la orden europea de detención y entrega de la persona que acompañaban en aquellos momentos, por simples relaciones de amistad», señala el auto. El juez explica que los acompañantes se encontraban «fuera del ejercicio de sus funciones públicas», una circunstancia que hubiera agravado el posible delito. Los mossos –uno de ellos en el área de escoltas, el otro en la unidad de seguridad ciudadana– se encontraban en una «semana completa de fiesta», por sus días libres.

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