Ser una estrella de la pequeña pantalla no siempre es fácil. Exige estar en todo momento en forma y disponer del tiempo suficiente para dedicarte por entero a la profesión. Eso mismo opinaba Meghan Markle en su otra vida, la de actriz, que ahora queda ya muy atrás. Al parecer, la exintérprete obligó a firmar a su primer marido, Trevor Engelson, un «contrato preembarazo» en el que el productor se comprometía a pagar un entrenador personal, un nutricionista e, incluso, una niñera, en el caso de que la ahora Duquesa de Sussex tuviese un hijo, según publica el «Daily Mail». Por aquel entonces, Markle tenía muy claro que su carrera como actriz era muy importante para ella. Una profesión que abandonó por amor, cuando la cosa se puso seria con el Príncipe Harry. Este tipo de contratos se han popularizado en los últimos años, sobre todo en un mundo tan exigente como el de Hollywood. En aquella época, Markle empezaba a cosechar sus primeros éxitos con la serie «Suits» y estaba muy preocupada con la idea de perder su figura. «Ella siempre ha tenido miedo a engordar, algo que suele pasar en su familia, por eso estaba tan preocupada y sobre todo en aquel punto de su carrera», dice una amiga cercana por aquel entonces a la mujer del Príncipe Harry. Y añade la misma fuente al «Daily Mail»: «Ella exigió un entrenador personal y nutricionista durante y después del embarazo. Estoy segura de que también se habló de una niñera, pero el foco principal para ella era la salud y el peso». Asegura que Markle siempre quiso ser tratada como una auténtica princesa, antes de convertirse en Duquesa. Markle y Engelson, el día de su boda, en 2011Según cuenta, a Engelson no le quedó más remedio que firmar este contrato. «Meghan fui muy tajante en ese aspecto, era algo que le preocupaba mucho», admite a la vez que asegura que no hubo abogados de por medio. Se trataba de un simple papel, nada riguroso.De Estilo https://ift.tt/2JpwO1K
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