El excomisario José Manuel Villarejo siempre ha sido un tipo lenguaraz, fanfarrón, unas veces porque tenía buena información y otras porque quería dar a entender a sus interlocutores que disponía de ella. En su cita con María Dolores de Cospedal y su marido, Ignacio López del Hierro, en el despacho de la primera, habla sin recato del comisario principal José Luis Olivera, primer jefe de la UDEF que puso en marcha la investigación del caso Gürtel. Villarejo a segura a sus interlocutores que Olivera «es un hombre nuestro»; «habrás oído hablar mucho de él», añade. «Cada vez que hay un tema duro»… Olivera está considerado un hombre próximo a Villarejo –lo defendió en una comparecencia en el Congreso-, pero a pesar de eso es la primera vez que su nombre sale a la palestra en el caso Tándem. A lo largo de estas investigaciones siempre se ha mostrado confiado en que no se encontraría nada contra él, y de hecho nada ha salido. Villarejo, sin embargo, no le deja en muy buen lugar, porque asegura que «gracias a él» se han boicoteado varios asuntos. Y arremete contra el que fuera jefe de éste, Juan Antonio González, excomisario general de Policía Judicial, a quien califica de «mediocre» y «ambicioso». José Luis Olivera ha sido hasta hace poco tiempo, cuando fue relevado por el actual ministro del Interior, Fernando Grande Marlaska, jefe del Centro de Inteligencia contra el Terrorismo y el Crimen Organizado (CITCO), un cargo clave porque desde él coordinaba las investigaciones tanto de la Policía como de la Guardia Civil, y por tanto contaba con una información privilegiada sobre los distintos casos.De España https://ift.tt/2OeAaWh
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