¿Revuelta, rebelión o revolución comunera?

¿Revuelta, rebelión o revolución? Los historiadores no parecen encontrar una posición común respecto al Movimiento Comunero y la dimensión de sus consecuencias. Eso sí, en un punto coinciden: «Es necesaria una investigación y una clarificación desapasionada y objetiva» sobre los hechos de dicha sublevación «porque muchas veces, las interpretaciones las han hecho los políticos y se han servido» de las ideas comuneras para sustentar un ideario político, como asegura Carlos Belloso, profesor del Departamento de Humanidades de la Universidad Europea Miguel de Cervantes, quien añade que la Historia «hay que entenderla y explicarla, pero no juzgarla». En todo caso, Belloso no es partidario de calificar dicho movimiento como una revolución, un concepto que, a su juicio, «supone un cambio total y absoluto de paradigma, un cambio completo» del sistema político, algo que no sucedió con la revuelta comunera. «Los comuneros no se prestan a una revolución drástica, sino que pretenden seguir con un régimen monárquico», en la figura de la Reina Juana. Ilustración de Bellido y Belloso sobre la quema de Medina del CampoBelloso, que prepara la publicación de unas «Rutas comuneras», centradas en los lugares testigo de la rebelión, ahonda en la necesidad de que se investigue más este momento histórico porque «las interpretaciones de lo que supuso han ido evolucionando desde el Siglo XVI a la actualidad y el debate sigue abierto». Así, en el XVII, la visión de la revuelta es contada desde el bando realista y a partir sobre todo de la Revolución Francesa, surge el mito de los comuneros como grandes defensores de las libertades y de la lucha del pueblo, una visión romántica que entronca con momentos como el del Empecinado, ya en el XIX y la celebración del III Centenario de la Batalla de Villalar, reivindicando a los líderes comuneros. A finales del XIX, Ángel Ganivet, precursor de la Generación del 98, considera que las ideas progresistas eran las del bando realista, mientras que los comuneros representaban la resistencia al cambio. Ideas rebatidas por Manuel Azaña, volviendo a la interpretación liberal del Movimiento Comunero.Con el Franquismo y la figura de Marañón regresa la idea de Ganivet: la exaltación de la España imperial frente al feudalismo representado por los comuneros. Sin embargo, ya en los años 60 del Siglo XX, José Antonio Maravall la considera la «primera revolución moderna», como también lo señaló el prestigioso hispanista Joseph Pérez. El pensamiento político de los comuneros, las razones dinásticas, los problemas económicos y sociales junto al deseo de las clases urbanas de tener presencia en las Cortes se aluden como causas de la rebelión. Belloso añade que, una vez vuelto de Alemania, Carlos V «empieza a entender lo que es Castilla» y también habrá «un cambio» en cómo trata al Reino, con una mayor preocupación por el bien común.

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