martes, 27 de abril de 2021

Casado teme medidas muy dispares en las regiones tras el estado de alarma

«Nos preocupa mucho lo que ocurra cuando no haya estado de alarma porque seguiremos en pandemia». Así trasladó ayer la consejera de Sanidad, Verónica Casado, la inquietud de Castilla y León por las opciones que tendrán las comunidades para frenar al virus a partir del 9 de mayo, cuando, en principio, finalizará el estado de alarma. No es la primera vez que la Comunidad muestra su temor al respecto ni que reclama tener criterios «claros» sobre el margen de actuación que les quedará a los territorios. En ese sentido, Casado insistió en que a la región le hubiera gustado una adaptación de la Ley de Salud Pública a las circunstancias actuales, tal y como prometió el Gobierno central. Y es que se trata de un texto que no contempla las pandemias y, además, es «preautonómico». «No sé lo que va a pasar», reconoció la consejera sobre los días posteriores al 9 de mayo, pero sí aseguró que Castilla y León será leal a los acuerdos del Consejo Interterritorial de Salud, a las medidas dictadas por el semáforo de alertas e «irá de la mano» de la situación epidemiológica. Para entonces, las medidas que se adopten y supongan restricciones de derechos tendrán que ser avaladas por los jueces, «que no creo que estén muy cómodos con judicializar algo que tendría que haber sido regulado por otro tipo de poderes como el legislativo y el ejecutivo», subrayó. Pero es que, además, esta situación conllevará mayor «heterogeneidad» entre los territorios y puede provocar más «desafección por parte de la población». Por su parte, el presidente de la Junta, Alfonso Fernández Mañueco, precisó ayer en el pleno de las Cortes que el nuevo modelo de estado de alarma a partir del 10 de mayo, por el que la apuesta pasa por que permita el toque de queda «porque es lo que más protege la salud y la vida». Eso sí, lamentó que tras más de trece meses de pandemia y pese a las promesas del Gobierno de Pedro Sánchez «no hay nada nuevo bajo el sol» respecto a contar con una herramienta jurídica «intermedia» que no suponga recurrir a la «excepcionalidad» del estado de alarma. Mientras, los contagios en la Comunidad volvieron a subir ayer tras el efecto fin de semana hasta los 456 y se registraron cuatro fallecimientos. Por su parte, la incidencia acumulada registró también un leve repunte y se situó en 196,5 a catorce días y 94,3 casos a siete. La consejera alertó, además, de que se están incrementando entre la población joven de entre 15 y 24 años, con una edad media entre los infectados de 43 años.

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