domingo, 29 de septiembre de 2019

Abortan la salida de dos cayucos en Nuadibú que iban a Canarias

La ruta atlántica de los cayucos que provocó una de las mayores crisis migratorias en el Sur de Europa sigue activa; o al menos eso intentan quienes viven del tráfico de seres humanos, reabrirla. En lo que va de septiembre siete cayucos –cinco de ellos procedentes de Mauritania– han logrado alcanzar las Islas Canarias, a través de la travesía más larga y peligrosa por mar con destino a España. La semana pasada se logró abortar la salida de otras dos embarcaciones y se detuvo a casi un centenar de personas que iban a emprender el viaje, según informó la Guardia Civil, que colaboró con la Gendarmería y la Policía mauritanas. El primer cayuco fue interceptado en la madrugada del día 27 en aguas próximas a Nuadibú, el principal puerto pesquero del país en el que faenan más de 3.000 barcas de pesca artesanal, su principal fuente de ingresos. Su destino era Canarias y a bordo viajaban cincuenta inmigrantes, todos varones, procedentes de varios países africanos: Mauritania, Senegal, Mali y Guinea Conakri. Un centenar de inmigrantes Con la información que se les proporcionó desde tierra por parte de la Guardia Civil y la Gendarmería, los guardacostas mauritanos interceptaron la barcaza pasadas las dos y media de la madrugada. Casi a la misma hora empezó la segunda operación, esta vez en tierra, también en Nuadibú, donde se detectó a un total de 42 personas de origen subsahariano, que preparaban su salida hacia Canarias en las siguientes horas. Este segundo grupo se ocultaba en varios «foyers», zonas de seguridad o casas patera, dispuestas por la organización para preparar el viaje y donde suelen almacenar los bidones de combustible, los chalecos salvavidas, los víveres, el agua e incluso los motores de las barcas, tal y como se ha detectado en otras ocasiones. De nuevo fue fundamental la colaboración de agentes españoles y mauritanos para impedir que lograran su objetivo. En solo unas horas se logró así abortar dos salidas con cerca de un centenar de inmigrantes que pretendían llegar a Canarias. No se sabe aún si detrás de estos dos intentos de viaje y de los que se han producido en las últimas semanas está la misma organización de traficantes o hay más de una, dado que las operaciones continúan abiertas y podrán revelar nuevos datos. Entre los detenidos está uno de los organizadores y el patrón de un cayuco, según informó la Guardia Civil. Fuentes de la lucha contra la inmigración irregular aseguraron a ABC que hay varios factores que explican estos intentos por reactivar la ruta atlántica. Uno es la presión que se está ejerciendo sobre Marruecos, tanto en la ruta marítima como en las fronteras de Ceuta y Melilla. Ese tapón desplaza los flujos migratorios hacia la fachada atlántica, de ahí que los efectivos policiales que trabajan sobre el terreno estén en alerta permanente. Mauritania es, además, el punto más cercano de los tres países desde los que partían cayucos (hay que sumar Senegal y Gambia). La travesía Nuadibú-Canarias se cubre en tres o cuatro días, casi la mitad de la ruta que tiene su origen más al Sur, la más larga y peligrosa. Dos de las embarcaciones llegadas en las últimas semanas habrían partido desde esa zona, al norte de Senegal. Parón biológico de pesca El segundo factor que explica la hiperactividad de estos últimos días es que mañana, 1 de octubre, comienza la parada biológica de pesca por lo que los cayucos con inmigrantes ya no podrán camuflarse entre los centenares que salen cada día a faenar desde Nuadibú. De ahí las prisas. Las fuentes consultadas resaltan que durante este año se han producido otras llegadas de pateras desde esa zona a Canarias y de hecho Interior ya ha fletado al menos dos aviones para devolver a esos inmigrantes irregulares. Desde que en 2006 se produjo la llegada de más de 31.000 subsaharianos por mar procedentes de Senegal y Mauritania, España no ha dejado de dedicar medios para taponar esa vía. Con Mauritania además existe un acuerdo específico que permite expulsar a quienes llegan a nuestro país (sean o no mauritanos), si se acredita que han partido de sus costas. Interior cuenta con un despliegue permanente de Guardia Civil y Policía para el control migratorio en Mauritania. El Instituto Armado tiene desplegadas dos patrulleras del Servicio Marítimo, un helicóptero y patrullas mixtas terrestres. La Policía cuenta con un Equipo de Cooperación Internacional, integrado por cinco agentes españoles y cinco mauritanos.

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