
Cada día, al regresar a su casa del entrenamiento con el Santos, Rodrygo Goes (Osasco, 2001) tenía que rellenar una cuartilla diseñada por su madre. Preocupada por que su hijo no se desviara del camino marcado en casa, Denise obligaba al joven futbolista a tener un comportamiento ejemplar dentro del campo, pero sobre todo fuera de él. Rodrygo debía saludar a todos los que se cruzaran en su camino dentro del club, tenía que evitar las palabrotas, las discusiones con los árbitros y mantenerse humilde. No creerse más que nadie. Directrices que ella misma le recordaba cada tarde y que fueron poco a poco moldeando el carácter tranquilo y familiar de esta promesa brasileña que ayer se convirtió en nuevo jugador del Real Madrid. Como ocurriera con Vinicius , Rodrygo no se incorporará al conjunto blanco hasta 2019, cuando cumpla la mayoría de edad. Mientras tanto, el delantero seguirá formándose en el Santos, que se ha embolsado 45 millones con la operación. El club brasileño, feliz con un traspaso que aliviará sus problemas económicos, desdeñó hace meses otras ofertas, incluida una millonaria del Barcelona. Los azulgranas recibieron calabazas por el conflicto latente de la «operación Neymar», lo que dejó el camino abierto para la llegada del Real Madrid. Los informes de Rodrygo cautivaron desde el primer momento en el Bernabéu. Discreto hasta el extremo, el delantero no es el típico brasileño amante de la «samba». De hecho, cuesta verle bajo los focos cuando no está dentro de un terreno de juego. Estudiante aplicado, en su tiempo libre suele acudir a los oficios de Ricardo Oliveira, exdelantero del Valencia y del Betis, ahora pastor evangélico en una iglesia cercana a la residencia familiar de los Goes. Desborde y gol A sus 17 años, Rodrygo es ya uno más en la plantilla del Santos. Máximo goleador del equipo esta temporada, su mejor virtud es la conducción veloz que tiene de la pelota y su buena finalización. En el club brasileño le comparan con Neymar, cuya trayectoria ha ido calcando Goes de manera precoz. De hecho, el nuevo jugador del Real Madrid ha ido cubriendo las mismas etapas que el futbolista del PSG, pero siempre un paso por delante. Rodrygo firmó un contrato con Nike con solo 11 años, dos antes que la exestrella del Barcelona; y debutó con el primer equipo a los 16, por los 17 de Neymar. Además, Goes es el más joven en marcar un gol en la Libertadores para el equipo de Vila Belmiro. Las diferencias entre los dos se acentúan fuera del césped. Eric, el padre de Rodrygo, trabaja como ojeador en la agencia que maneja el futuro de su hijo, pero se ha mantenido alejado de la negociación entre el Santos y el Real Madrid. En el campo, Goes y Neymar sí se parecen. Diestros acomodados en la banda izquierda y habilidosos con el balón, cuando lo tienen es complicado frenarles. Con todo, el nuevo fichaje del Real Madrid quiere construir su propio camino. «No quiero ser el nuevo Neymar. Quiero ser Rodrygo Goes», señala. Lo que sí le gustaría es coincidir en Madrid con su ídolo. Anhelo que alberga desde que, siendo un niño, fichó por el Santos en el que entonces brillaba Neymar. Creció imitándole y, si el Madrid se lanza a por el brasileño del PSG, ambos podrían compartir vestuario en el Bernabéu a partir de 2019. Rodrygo, en corto Del parqué al césped: Llegó al Santos con 11 años para jugar en su sección de fútbol sala, pero pronto fue reclamado para la cantera de fútbol Ropa deportiva: Nada más aterrizar en el club, Nike le hizo un contrato para lucir su indumentaria. Neymar no logró algo igual hasta los 13 Debut profesional: Con solo 16 años, uno antes que el jugador del PSG, Rodrygo ya se estrenó con el Santos. Es el más joven en anotar un gol en la Libertadores, en su club Fichaje millonario: El Real Madrid pagará 45 millones por él y firmará hasta 2025, pero no irá a la Liga hasta 2019 Joven religioso: Es fácil verle en los oficios de Ricardo Oliveira, exjugador del Betis y el Valencia, ahora pastor evangélico
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