España, invicta pese a todo

Aunque Túnez puso en vilo la estadística, Julen Lopetegui puede seguir presumiendo de seguir invicto al frente de España. Con el de ayer el técnico vasco ha cumplido ya 20 encuentros como seleccionador tras casi dos años en el cargo. En ese tiempo suma 14 victorias y 6 empates (tres de ellos en los últimos cinco partidos), un balance con saldo positivo que le acerca a los mejores registros históricos de la selección, pero que no termina de generar un entusiasmo desmedido por el desempeño en estas últimas pruebas premundialistas. La era Lopetegui arrancó en plena depresión tras caer en octavos en la Eurocopa de Francia, el segundo fiasco consecutivo después de la debacle en el Mundial de Brasil. El explosivo arranque de esta nueva etapa, con una victoria solvente ante Bélgica en Bruselas y la escandalosa goleada ante Liechtenstein (8-0) en su primer partido oficial, renovaron la ilusión de los aficionados y la esperanza por ver de nuevo a España peleando por la segunda estrella. Pero la línea a partir de ese estreno no siempre ha sido ascendente. España, así lo dicen los números, ha hecho lo necesario para llegar a Rusia sin conocer la derrota, pero no siempre con brillantez. La mayor de las veces le bastó con lo justo, y en otras pocas salvó el pellejo con verdadera angustia. En el libro de recuerdos del seleccionador ha habido partidos de fantasía: el 0-2 a Francia en el amistoso de Saint-Denis, el 3-0 ante Italia en el Santiago Bernabéu, una victoria que además decidió la suerte de ambas selecciones en la fase de clasificación; o la goleada de marzo en el Metropolitano ante una Argentina sin Messi (6-1). Triunfos de altura ante rivales de primer nivel que fueron otorgando prestigio a un técnico acostumbrado a ganarlo todo con las categorías inferiores, y que pretende lograr ahora lo mismo con la selección absoluta. En este tiempo, sin embargo, también ha habido temblores ante selecciones que aspiran a cruzarse con España en las rondas decisivas del torneo. El agónico 2-2 conseguido en Wembley ante Inglaterra, salvada la derrota in extremis con un gol de Isco en el minuto 95, o las igualadas ante Colombia, Alemania o la anfitriona Rusia dejaron la sensación de que el éxito en el próximo Mundial se venderá caro. También dejó dudas el reciente empate ante Suiza, un partido que, al igual que el de Túnez, volvió a llevar a la palestra la cacareada falta de gol del combinado nacional. Esa es una de las grandes preocupaciones de España a pocos días del Mundial pese a que terminó la fase de clasificación como la selección más goleadora de Europa. En total, en sus veinte partidos con Lopetegui en el banquillo España ha marcado 61 goles, a 3,05 por partido. El aspecto defensivo también ha funcionado. Solo 12 goles encajados, a 0,65 por encuentro. La gestión de la derrota Esta imbatibilidad, tan positiva en principio, tiene un aspecto que preocupa al propio Lopetegui. El vasco no está tranquilo ante la posibilidad de gestionar una primera derrota en pleno Mundial, especialmente si se produce en el primer partido ante Portugal. Su objetivo, claro está, será no sufrirla, lo que le convertiría además, en el seleccionador con el mejor arranque de la historia, una estadística en poder de Aragonés (25 partidos).

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