sábado, 27 de enero de 2024

Los secretos físicos de Carlos Sainz para ser campeón a los 61 años

Catorce años atrás el preparador Iván Rodríguez empezó a trabajar con Carlos Sainz y su físico. En el cuarto día de entrenamiento entre ambos, relación aún por fructificar, dos personalidades que iniciaban la compenetración, el entrenador nacido en Sotillo de la Adrada cometió un pequeño error. En el plan que le entregó al piloto por whatsapp, le puso diez kilos más en la barra de pesas. Como siempre por su gusto a madrugar, Sainz llegó primero al gimnasio y Rodríguez se encontró a un deportista sofocado, acalorado y frustrado que no podía levantar tanto peso. El entrenador rectificó al instante, quitó kilos del eje de hierro, le pidió perdón, se había equivocado con la medida, era demasiado para la fuerza de Carlos Sainz... Y ambos siguieron con la sesión como si nada, el cardio, las pesas, el trabajo específico para la espalda. Una vez hubieron terminado, Rodríguez se fue a la ducha, pero Sainz se quedó en el banco , desafiante. «Hasta que no consiguió levantar los kilos que le había puesto al principio por error, no paró», recuerda a ABC el monitor de Xinergia Top. Ese día entendió que estaba trabajando con un campeón, el mismo que el pasado fin de semana se adjudicó por cuarta vez el rally más exigente del mundo, el Dakar. Y con 61 años. Código Desktop Imagen para móvil, amp y app Código móvil Código AMP 9000 Código APP A Carlos Sainz padre lo representa esa imagen, al decir de las personas que trabajan o han trabajado con él. Un tipo exigente, metódico, puntilloso incluso que busca siempre alcanzar la perfección en su ámbito profesional. Alguien que todavía encuentra la motivación y las ganas de exprimirse en el gimnasio o en la arena del desierto a bordo del Audi de ciencia ficción , pese a que su edad pudiera indicar otro camino con menos actividad. «Mentalmente maduró mucho cuando tuvo a sus hijos, porque antes su vida eran solo coches, carreras, pruebas. Pero hay cosas que no cambian –cuenta a ABC Juanjo Lacalle, su mánager de toda la vida–. La capacidad de trabajo, el esfuerzo, el sacrificio y el perfeccionismo lo acompañarán siempre». Juanjo Lacalle (77) conoció a Carlos Sainz hace cincuenta años, cuando éste tenía doce y se le acercó un día en un rally y le dijo: «Cuando tenga 18, serás mi copiloto». Lacalle corría con Juan Carlos Oñoro, el cuñado de Sainz y el padre de Carlos Oñoro Sainz, primo y mánager de Carlos Sainz junior, piloto de Fórmula 1. Un entorno familiar y personal entregado al automovilismo al que Reyes Vázquez de Castro, madre y mujer de piloto, se ha acostumbrado sin remedio. Noticias Relacionadas estandar No Automovilismo Carlos Sainz celebra el Dakar en Madrid: «Es el momento de descansar y disfrutar» Pablo Lodeiro Fernández estandar No Fórmula 1 Madrid se queda el Gran Premio de España de Fórmula 1 José Carlos Carabias La familia al completo, su mujer Reyes, sus hijas Blanca y Ana, su hijo Carlos, celebró una fiesta el pasado miércoles en la privacidad total con sus allegados y colaboradores después de la victoria del patriarca en el Dakar, su cuarto 'Touareg', en el que volvió a mostrar que la edad es solo un dato. «Lo importante es el cronómetro», sentenció Sainz al ganar la prueba. El campeón no mostró achaques al bajarse del coche en Arabia y ser alentado por su familia. No le dolían los brazos, que sufren el estrés de la conducción diaria de cuatro o cinco horas por las piedras y la arena, las piernas o la zona lumbar, punto débil del piloto madrileño. Le molestaba mucho la espalda, otro punto de fricción donde suelen aparecer goteras en su organismo. El piloto ha concursado en el Dakar con unas gafas graduadas para corregir su ligero astigmatismo, mitigar la influencia del sol y esquivar el polvo de la arena en las dunas árabes. Al acabar las etapas se las quitaba y hacía vida normal sin las lentes. Recomendación de Nadal Detrás de los éxitos de Sainz funciona una labor concienzuda, diaria, en la que planifica la preparación física y ha modificado la nutrición en ciertos puntos. Rafa Nadal le recomendó a una nutricionista de su academia de tenis en Manacor, Gemma Bes, quien ha optado por una dieta ligera en deshidratados , cocina mediterránea que evite inflamaciones y pequeños ayunos en los que no trabaja tanto el intestino. La actividad física es innegociable para Carlos Sainz. Siempre que viaja, y lo hace muy a menudo, sobre todo para seguir a su hijo en la Fórmula 1, se hospeda en un hotel con gimnasio. Su entrenador le dirige desde España. Cuando está en Madrid madruga mucho, seis y media o siete de la mañana. Su habitual trabajo de cardio, en la bici estática, spinning o cinta, ha crecido en los últimos tiempos con los entrenamientos de fuerza para cuidar posibles lesiones y achaques en el cuello , los brazos y la espalda. Tiene problemas crónicos en el hombro, el tendón de Aquiles y la zona lumbar y se obliga a dos o tres días por semana con las pesas. Sainz ha realizado en otras ocasiones concentraciones en altura y sesiones de hipoxia (cámaras con déficit de oxígeno) para adquirir resistencia y glóbulos rojos, práctica usual en deportes como el ciclismo o el atletismo. Su entrenador le ha habituado a ejercitarse en la sauna con un bici de spinning en un entrenamiento con calor a 50 grados de temperatura. «Carlos suda mucho y se trata de adaptar el trabajo para ganar volumen plasmático –explica Iván Rodríguez–. Ha llegado a perder dos o tres kilos en algunas series». La mejor prueba de esfuerzo Al piloto le gusta prevenir las goteras de la edad con las pruebas de esfuerzo, que muestran cómo se comporta el corazón durante la actividad física. Realiza una en septiembre y otra en diciembre, antes de partir hacia el Dakar. El rendimiento de potencia se mide en watios y Sainz llegó a una cifra de 400 watios con 61 años , casi 5 watios/kilo, una barbaridad teniendo en cuenta que los mejores ciclistas profesionales llegan a 7 w/k. «Ha sido la mejor prueba de esfuerzo que ha efectuado en catorce años», cuenta su preparador. Iván Rodríguez introdujo una variante en el acondicionamiento físico del piloto, la fatiga del sistema nervioso, que consiste en un entrenamiento duro con cadencia elevada. Dejar frito al deportista equivale a una disminución de la capacidad del músculo para poder desarrollar una fuerza inducida por el ejercicio. Dos o tres días a la semana el protagonista se deleita con una de sus mayores aficiones, la bicicleta de montaña, a la que se entrega en su finca de Cebreros (Ávila), donde produce vino cien por cien garnacha. Allí ha retado más de una vez a Iván Rodríguez, que tiene un nivel ciclista casi profesional. Pese a la evidente superioridad del monitor, subiendo, bajando o en el llano, Sainz siempre le ataca . No se rinde, como el día que levantó las pesas con más kilos de los que podía.

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