miércoles, 25 de octubre de 2023

Agridulce desenlace en Glasgow

PESTAÑA j3-celtic-atletico-chamions23/24 Crónica 4 No entiende Celtic Park el homenaje del Atlético de Madrid a sus héroes de la batalla de Glasgow y así lo demuestra con una pitada masiva a los hombres de rojo. Los madrileños, como aquel lejano día de 1974, eliminan el rayado blanco de su camiseta en recuerdo a ese equipo que, con ocho hombres y tras dar «leña como descosidos» , como reconocía el portero rojiblanco Miguel Reina a este periódico, rescató un empate a cero trascendental para el pase a su primera final de Copa de Europa. Para los católicos de la ciudad más industrial de Escocia fue una matanza; la verdad es una criatura de mil cabezas. Suena el 'You'll never walk alone', canta el estadio en comunión y cesa por unos minutos la animadversión hacia los españoles, pero rueda al fin el balón y el Celtic muerde como un animal hambriento. Presiona arriba, roba alto, combina con cierta clase en campo rival y, demasiado pronto, dispara primero: el talento inglés Matt O´Riley , pese a representar a Dinamarca por su ascendencia materna, aprovecha un pestañeo de Galán, se inventa un pase imposible hacia Furuhashi y el japonés no falla en el mano a mano ante Oblak. La fina zurda del joven O'Riley pronto estará al servicio de un grande. El Atlético de Madrid está aturdido ante el vendaval local y defiende por acumulación hasta que lleguen tiempos mejores. Entretanto, un chico con dudas sufre. Javi Galán está nervioso y Maeda , sabio, busca el regate una y otra vez con más éxito que error. El ex del Celta, a diferencia de Molina en el lateral diestro, tampoco estira al equipo en ataque, donde no goza de la confianza intrínseca para ser determinante. Qué importante es el estado de ánimo en el rendimiento individual y colectivo en cualquier faceta de la vida. El que está brillante, pecho inflado del orgullo al darse cuenta a menudo de lo buen futbolista que es, es Griezmann . Poco le afecta el ambiente hostil; el delantero francés es el principal artífice para que el Atlético encuentre la calma. Baja a recibir, pone la primera piedra en el ataque rojiblanco y, cuando los de Simeone ya son capaces de dar tres pases en el terreno escocés, aparece con peligro entre líneas. Obrero y arquitecto, suyo es el empate en el minuto 25: repele Hart el lanzamiento de Antoine desde los 11 metros, rebota la redonda en el palo y cae en el pie derecho del galo. Con más o menos justicia, el 1-1 es una realidad. El penalti había sido una consecuencia directa de los dos argentinos que, junto a Griezmann, no se arrugan ante la adversidad celta: Molina y De Paul . Buen pase del centrocampista al carrilero, que fue derribado por Taylor en las cercanías del área pequeña. Noticia Relacionada Champions League reportaje Si 49 años después de la batalla de Glasgow, el Atlético regresa a Celtic Park: «Dimos leña como descosidos» Iván Martín Miguel Reina, portero de aquel histórico equipo, recuerda en ABC aquella experiencia única de supervivencia en la Copa de Europa Parece amainar la tormenta escocesa; sin embargo, responde veloz con un golpe al mentón atlético. Golazo del hondureño Palma tras un centro que bota demasiadas veces por la poblado área de Oblak (minuto 28). Poco después, en la víspera del descanso, el VAR semiautomático, abrazando un poco más fuerte a este fútbol cada vez más cierto y más aburrido, anula un cabezazo al fondo de la red de Witsel. La revolución de Marcos Llorente Simeone , como un canario enjaulado, choca una y otra vez con los límites del área técnica; piensa en las piezas a cambiar y al descanso sustituye (y hunde) a Galán por Llorente . También entra Riquelme por Saúl. El acierto del bonaerense es obvio: el todocampista con pasado en el eterno rival convierte al Atlético en un equipo maduro, más físico y, en definitiva, mejor. Es el minuto 53, cabalga el internacional español con la pelota controlada por banda derecha cuando pone un centro precioso a Morata . No había hecho nada el nueve hasta entonces, pero el testarazo a la escuadra izquierda de Hart es meritorio. No se le puede pedir mucho más al goleador que al fin encontró la tranquilidad. El gol silencia al antes alborotado Celtic Park, que comienza a conformarse con el punto. Todo lo contrario hace un Atlético que busca con ahínco su segunda victoria en esta Champions, aunque cuando más acecha la meta de Hart, instantes después de que Correa rozara el tercero, una entrada a destiempo de De Paul a Bernardo le cuesta la segunda amarilla. Acaba con esa roja el sueño atlético de vencer en un lugar sagrado en su historia; el desenlace, pese a reponerse a dos varapalos, es agridulce.

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