
Los medios técnicos y humanos en Canarias mantienen una dura lucha contra las llamas por el fuego declarado el pasado fin de semana en la zona de cumbre de Gran Canaria. Ya hay 1.500 hectáreas quemadas. El fuego latente que ha sido estabilizado, es decir, el que queda bajo el suelo, reaparece con el viento que hay en la zona. Y, además, hay una amenaza nueva: llega a Canarias una ola de calor. Si no era poco el drama, en Cazadores, entre Telde e Ingenio, ha surgido un nuevo incendio la noche de este lunes. El Gobierno central decidió el lunes reforzar la presencia de medios técnicos y humanos contra las llamas que hay declaradas en Artenara, Tejeda y cumbre de Gáldar. Más de dos centenares de personas que lideran la UME y agentes de Medio Ambiente luchan para evitar la caída. El lunes en hora de madrugada se debió sacar de Tamadaba a los agentes medioambientales del Cabildo de Tenerife que colaboran en las labores de extición por si el fuego se mete en el pulmón verde de la isla. Se trata de un entorno de alto valor paisajístico que cuenta con dos declaraciones de protección por Unesco: reserva de la Biosfera y, desde finales de este mes de julio, Patrimonio Mundial de la Humanidad. En Juncalillo no hay agua de abasto porque esta procede los pozos y todas las tuberías están totalmente quemadas, a lo que se une la baja tensión que también afecta a algunas viviendas. El fuego sigue activo en dos frentes de difícil acceso. Se trata del barranco de Tejeda, en el municipio del mismo nombre, y del Parque de Otoño y Coruña, en Artenara, zonas en la que los trabajos han sido especialmente complicados durante la noche del lunes debido a que son de difícil acceso. Atrincherados contra las llamas Los vecinos desalojados en las últimas horas de las viviendas que ocupaban en el municipio de Tejeda han sido los de los barrios de El Rincón, la Hera del Haro, Degollada de Tejeda, El Espinillo, La Solana, El Chorrillo, Los Majuelos, La Culata y Cuevas Caídas. A ellos se han sumado los del barrio de Coruña, en Artenara. El pasado fin de semana se averió un hidroavión que envió desde la Península. Por ello, un aparato Canadair procedente de Málaga, un avión de carga en tierra procedente de La Gomera y un helicóptero Kamov de 4.500 litros de descarga procedente de la base de Tenerife Sur suman el dispositivo de lucha cotra las llamas. Una brigada de refuerzo contra incendios forestales de la base de Punta Gorda, en La Palma, trabaja con dos helicópteros de transporte y descarga de agua. Imágenes captadas por agentes del consorcio de emergencias de Gran Canaria en Juncalillo - ABC Extición y adversidad El incendio forestal ya se ha cebado con algo más de 1.500 hectáreas y se mantiene activo especialmente en uno de sus flancos, mientras que los equipos de extinción trabajan con la adversidad del viento que sopla con rachas que pueden alcanzar los 70 kilómetros por hora. La cola del fuego en los municipios de Artenara y Gáldar está más controlada, la cabeza del fuego, que sube desde Tejeda hacia La Aldea, está activa y sin control. A pesar de los fuertes vientos el perímetro del incendio sigue teniendo 23 kilómetros y el presidente canario ha destacado que no se ha producido ningún daño personal aunque sí hay algunas viviendas afectadas. Las casi mil personas que permanecen evacuadas, entre ellos los residentes de Tejeda que fueron desalojados el lunes, no volverán a sus casas hasta que esté garantizada su seguridad. Gáldar Unas cien personas han permanecido alojadas en la Escuela Hogar del municipio, principalmente de edad avanzada, mientras otras han dormido dos noches en sus coches en espera de poder volver a sus viviendas, ha dicho el alcalde. El fuego sorprendió a casi mil personas que el sábado habían acudido a Juncalillo a celebrar las fiestas del barrio y tuvieron que ser evacuadas ante la cercanía del incendio. Sosa ha indicado que no ha habido daños personales, «aunque sí mucha inquietud e incertidumbre de la gente por sus casas y los animales que habían dejado atrás». A primera vista, ninguna casa del municipio ha sido afectada por el fuego, con excepción de una de madera, gracias a la limpieza de los entornos de las edificaciones que habían hecho los vecinos. Sin embargo, sí hay daños materiales en las infraestructuras, como tuberías quemadas, tendido eléctrico afectado por el fuego y caminos dañados. «Todo se arreglará y restablecerá», ha asegurado Sosa, quien ha pedido paciencia a los vecinos para afrontar las consecuencias del incendio.
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