Adentrarse en los pasillos laberínticos –aún en obras– del Edificio España no es tarea fácil. Sin embargo, ya se puede ir apreciando parte de la elegancia que inundará el interior del nuevo Hotel Riu Plaza de España. El edificio, de 26 plantas y 117 metros de altura, en otro tiempo el rascacielos más alto de la capital, impone tanto por fuera como por dentro. Los mil obreros que realizan turnos diurnos hacen avanzar la faena a un ritmo vertiginoso. Comenzaron en enero de 2018 y tienen previsto finalizar a mediados de julio de este año. «Es un tiempo récord», comenta Gonzalo Baselga, director comercial. Las 585 habitaciones estarán disponibles en la fecha oficial de apertura, pero no será hasta septiembre que se puedan hacer reservas de eventos. Una habitación estándar oscilará entre los 135 y 200 euros, mientras que las suites irán desde 250 hasta 1.500 euros, como la suite presidencial en fechas especiales. La cuarta planta alberga la sala magna, el «espacio de conferencias más grande del centro de Madrid», con 17 salas y una capacidad de entre 1.100 y 1.500 personas. Es una de las «joyas de edificio». Está conectada con el restaurante para comodidad de los clientes, que salen de la conferencia y pueden pasar a comer en la misma planta. El buffet se sitúa entre dos comedores simétricos, Cervantes A y Cervantes B, con vistas privilegiadas a la plaza de España. «La fachada está muy bien. Se restauró en 1997 y hemos contratado a las mismas personas», asegura la jefa de obra Cristina Bermejo. «El color de ahora es el original, cuando Franco lo construyó para la visita de Eisenhower, porque esto ya era un hotel», añaden desde la compañia. Han protegido los elementos patrimoniales, a diferencia de lo que pretendía el grupo chino Wanda, anterior propietario que mantuvo una pugna con el Ayuntamiento de Manuela Carmena. «Hemos reforzado la estructura existente del edificio sin demoler prácticamente nada», concluye Bermejo. El «lavado de cara» –la fachada quedó al descubierto el 14 de mayo– constó de un tratamiento de limpieza, otro hidrofugante y una pátina mineral para recuperar el tono de la piedra artificial. Adiós mala suerte Ansían empezar con buen pie y no han querido dejar nada al azar. Según explican en Riu, han hecho desaparecer la planta 13 y el marcador del ascensor salta de la 12 a la 14 «por temas de superstición». La compañía, además,ha instalado una palanca debajo de cada una de las camas para evitar lesiones de sus 300 trabajadores. «Lleva incorporado un sistema hidraúlico para que cuando tengan que hacer la cama, lo pisan y ésta se levanta. Así no fuerzan la espalda», explica Bermejo. La última planta rozará el cielo de Madrid. El sky bar, en la azotea, será «foco de Instagram». Una pasarela de cristal transparente y a 80 metros de altura de la planta 6 conectará las dos partes de la terraza. «Será el punto selfie », bromean. Mientras que la piscina de la planta 20 será solo para clientes alojados, las vistas de 360 grados de la ciudad podrá disfrutarlas en el sky bar cualquier ciudadano de a pie. El hotel constará de varias entradas: la principal, otra para acceder a la azotea y a las salas de conferencias y una tercera destinada a la zona comercial, que abarcará las dos primeras plantas.De España http://bit.ly/2JP78Pa
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