viernes, 8 de marzo de 2024

El Betis pone el turbo y picante al noveno puesto (86-70)

El Betis Baloncesto quiere más. Ni bajó los brazos nunca cuando pisoteaba los charcos de la zona de descenso ni se conforma ahora con estar tranquilo en la tabla, pero en tierra de nadie. Para el último vagón del play off se acumulan los candidatos y él quiere ser el principal. Se lo ha comenzado a creer este equipo , ahora sí bien ahormado, que ya gana por inercia en San Pablo, donde suma seis victorias consecutivas. A la última, la facturada este viernes ante un rival directo por la novena posición como el Melilla Ciudad del Deporte , le sobró la mitad del metraje. Tan rotunda fue la superioridad del Betis, que dejó el partido encarrilado al intermedio (49-30) imponiendo su ley en casa. La de un equipo que ha superado mil obstáculos en una temporada cargada de minas. Se ha aislado del ruido externo y de un futuro incierto para poner los cinco sentidos en el baloncesto . Vence y convence. Al Melilla lo batió con comodidad y con esta victoria ya le tiene el duelo particular ganado a sus dos principales adversarios por la novena plaza. El otro es el Ourense, que juega este sábado y al que ya ha igualado a diez triunfos. El Betis tiene prisa y hambre. A estas alturas, su baloncesto destila armonía y conjunción, plasticidad por momentos. Transmite sensación de seguridad . Como si nada pudiera salirle mal en San Pablo, donde se ha blindado y ha orillado la tristeza. Es indudable que Savignani ha optimizado al plantel hasta el punto de no echar de menos ahora mismo la figura de Frazier. Al Melilla, que luce un quinteto inicial de lo más potable, lo redujo con facilidad, haciendo un buen trabajo, pero sin necesidad de exprimirse al máximo. Esa impresión dio. Cuando sonó la primera campana, la del cierre del primer cuarto, ganaba por nueve (23-14). Y visto lo visto, una superioridad aplastante , la diferencia se quedaba hasta corta. Porque el Melilla, un manojo de nervios, se sintió muy incómodo, como intimidado por el rival o el escenario hasta el bloqueo. Un colapso que se manifestó en su casillero de pérdidas: hasta nueve en el primer cuarto, catorce al intermedio . En el despertar del choque, le costaba hasta levantar al tiro. Mérito de la defensa verdiblanca, que ha crecido muchos enteros, también en el apartado reboteador. Se hace notar DeBisschop , que incomoda con su altura y sus kilos, pero también Almazán y ese todoterreno llamado Joaquín Rodríguez que maneja, ora con sobriedad ora dando espectáculo, todas las artes. El Betis le dio la bienvenida al Melilla con un 10-0 de salida que convirtió a su rival en una estatua de sal. No le salía nada. Tardó tres minutos y medio en anotar su primera canasta mientras el Betis, impulsado por sus dos motores fueraborda (Polanco y Joaquín Rodríguez), canjeaba una canasta tras otra. Y compartiendo la pelota, buscando el pase extra una y otra vez, con un sentido del pase, las ventajas y los ángulos exquisito . Claro que sin la colaboración de la feble defensa melillense no hubiera sido posible. El baloncesto son sumas y restas. Hasta el 21-5 abrió la brecha el Betis antes de un 2-9 visitante que se explicaba en la rotación de Savignani. Se notó en esos minutos, pocos, la aparición de la segunda unidad. El partido era de una de sola dirección. Un monólogo sin apenas espacio para la réplica . Con un 9-0 con protagonismo de Faggiano (triple incluido), los de Savignani ya doblaban (32-16) mientras en defensa no escatimaban en faltas. Antes se cargaban de personales que permitir la canasta. Al Melilla, sobrepasado por momentos, todo le costaba mucho. En ataque porque no carburaba y en defensa porque ni con el dispositivo zonal se protegía. Concedía un tiro exterior tras otro sin antídoto para el fluido movimiento del balón del Betis . Cuando Polanco y Joaquín Rodríguez regresaron al parqué, acapararon juego, tiros y puntos para un nuevo acelerón (45-25) que, a tres minutos del intermedio, olía ya a sentencia. Partido encarrilado El Betis ganaba por 19 al receso. Que fueron 21 tras la sexta asistencia de Joaquín Rodríguez . Era el manejador, el piloto y el principal generador y surtidor del equipo. El Melilla, frío, no entraba en partido, que estaba fuera. De una antideportiva de Joaquín Rodríguez, que con tres faltas seguidas se marchó al banco, Alvarado erró dos tiros libres y luego su equipo extravió la pelota. Su técnico, el sevillano Rafa Monclova, estaba desesperado. Probaba y probaba alternativas sin que nada variase la dinámica de un partido cómodo para el anfitrión, de poca historia. Con 60-35, tras un 11-5 de salida, lo paró. Polanco, implacable, alcanzaba los 20 puntos (65-40) justo cuando el partido derivaba en correcalles. Se abrían las defensas, también la del Betis, que encajó tres triples seguidos. Aun ganando por 22 (68-46), Savignani llamó a los suyos a capítulo para aplicar el factor corrector. Bajaba el pistón el Betis, acusaba ligeramente la presencia de hombres del banquillo, mientras Marjanovic se ponía las botas (16 puntos). Nada que objetar al equipo, que también se apuntó el tercer parcial para estirar a 23 la diferencia (71-48). LEB Oro Ficha técnica Real Betis Baloncesto (23+26+22+15): Faggiano (9), Polanco (22), Joaquín Rodríguez (9), Almazán (6), DeBisschop (10) -quinteto inicial-; Wembi (17), Marín (3), Hanzlik (2), Domènech (4), Dedovic (4), Berzins (-), Kuksiks (-). Melilla Ciudad del Deporte (14+16+18+22): Alvarado (6), Van Dyke (6), Varence (4), Douvier (16), Delas (2) -quinteto inicial-; Marjanovic (16), Figueroa (5), Arcos (2), Mulero (10), Menéndez (-), Briki (3). Árbitros e incidencias: Lema Parga, González Cuervo, Ibáñez García. Sin eliminados. Vigésima tercera jornada de la LEB Oro. Palacio de los Deportes San Pablo. Pablo Marín, hasta tirándose al suelo por el balón, hacía méritos para ganar peso en la rotación. Con la victoria amarrada desde el descanso, estaba la noche para ello. Para dejarse ver. Para que los integrantes de la segunda unidad llamasen a la puerta. Porque el Melilla no suponía amenaza alguna. Con 73-48, Douvier extravió la pelota en un mal bote. Era la pérdida número 23 de su equipo. Wembi, aprovechando al máximo sus minutos, colocaba con un mate una nueva máxima (75-48) . No sería el último del congoleño. Entonces sí se relajó el Betis y se apretó las clavijas, tirando de orgullo, el Melilla. Un parcial de 4-12 (79-60) le aplicaba maquillaje a un partido al que sólo le quedaba una incógnita por despejar: por cuánto ganaría el Betis. Por 16. Noche plácida y feliz en San Pablo. El equipo, que ahora mismo tira del club, se ha empeñado en agitar el avispero de la novena plaza metiéndole presión al Ourense, que juega este sábado en su feudo con el Força Lleida.

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