La bandera de mi tierra, Zamora, se ha hecho viral por una «faltada» televisiva. Una provocación que con la ayuda de las redes sociales deriva en una reacción que básicamente beneficia a las audiencias del programa. Objetivo conseguido; era fácil. No soy del club de ofendidos con la diatriba dedicada a la Seña Bermeja, que es como se llama la bandera zamorana, integrada por nueve tiras sueltas: ocho rojas como la sangre de las ocho batallas que ganó Viriato, el pastor sayagués de Torrefrades, y una verde esmeralda que otorgó Fernando el Católico al pueblo zamorano tras la Batalla de Toro de 1476, que supondría el punto de partida de España. Si a un artista del trapecio le parece un trapo arañado por un gato, una pista de atletismo, unas medias en un tendedero o un banderín de cumpleaños, a mí me emociona verla ondear así, tan rota, porque representa a una tierra con el alma hecha jirones que, frente a un futuro dudoso, puede sentirse orgullosa de su pasado. Ofende quien puede y hay que tener la piel muy fina para rasgarse la camisa ahora, si ya tenemos callo de tortas que nos han dado. Puestos a faltar, yo sería mucho más incisiva, echando mano del conocimiento del terreno. Puestos a repartir estopa, los zamoranos la merecemos por permitir que quienes deberían empuñar esa bandera de victorias hayan sido históricamente quienes más han faltado de palabra y obra al maltrecho orgullo de las gentes; por permitir mansamente que esta tierra languideciese sin hacer honor a la estirpe del guerrero. Pero a éstos no les enmendamos la plana y los llamamos de usted, como si defender la tierra fuese más cosa de un programa de humor que del día a día, de supervivencia. Ocho jirones rojos por los jóvenes que se van, por los que mueren de añoranza, por los pueblos vacíos, por la falta de industria, por las promesas incumplidas, por la población envejecida, por las calles sin niños. Por tantos corazones en carne viva en este cercano lejano Oeste. Y una banda verde esperanza como nuestros campos infinitos, la primavera; como la vida, que es bandera, la invisible décima batalla de nuestra Seña. El deseo, la victoria de quienes somos la resistencia en esta tierra de nadie enseñando los dientes y echando mano de cuando en cuando de la poesía, si viene cargada de futuro.
De España https://ift.tt/3nBdQJA
0 comentarios:
Publicar un comentario