
El júbilo ante la perspectiva de una nueva vida tornó en fracaso en cuestión de horas y la avalancha que sufrió Melilla dio la vuelta y aterrizó en Castillejos, la localidad marroquí fronteriza, como primera parada. La Policía marroquí comenzó a lanzar gases lacrimógenos la noche del martes en la frontera del Tarajal. La misión era disolver la presión sobre la verja. Al despuntar el día, el fuerte dispositivo había tomado la zona de Castillejos, según fuentes consultadas por ABC en la frontera, donde se podía ver a la caballería desplegada para evitar nuevos saltos de valla o accesos a las playas para cruzar a nado los espigones. Por la noche, las autoridades de Marruecos ya avisaron a los que...
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