jueves, 6 de mayo de 2021

La carta de la hija de una víctima de ETA que recuerda a su padre en el aniversario de su asesinato

De 36 años, natural de Orense y desde los 23 años viviendo en Madrid, casado y con tres hijos, Manuel Rodríguez Taboada era suboficial de la Casa de S.M el Rey cuando hace hoy exactamente 40 años, el 7 de mayo de 1981, fue asesinado por la banda terrorista ETA. El comando Argala, liderado por el sanguinario Henri Parot colocó una bomba en el coche oficial en el que viajaba Manuel junto con otros tres compañeros, el teniente coronel don Guillermo Tevar Saco y el suboficial don Antonio Noguera García, pertenecientes a la Guardia Real. El año 1981 la banda terrorista se cobró la vida de 32 personas. En el aniversario de su asesinato, su hija Nuria Beatriz, que contaba con 9 años cuando su padre sufrió el ataque en el que perdió la vida, alza la voz por primera vez para dar cuenta de sus sentimientos en esta carta titualda: 'La herida abierta'. 'La herida abierta' Querido papá: Hoy, como tantas mañanas, echo la vista atrás, y me vuelvo por un instante aquella pequeña de 9 años, sumida en una profunda tristeza, sin consuelo y que no entiende por qué no vas a volver. Pasan por mi mente todos estos años que he vivido con tu ausencia, todos esos momentos cotidianos o cruciales de mi vida, en los que no me he podido sostener en un apoyo tan necesario. Nadie puede imaginar la pesadumbre padecida por tu falta, que crece aún hoy, cada día que pasa. No sentir tu protección, ni poder celebrar contigo mis pequeños éxitos, tener una amena conversación entre padre e hija… o quizás preguntarte cuando dudo y, sobre todo, poder mirarme en una persona noble y bondadosa como tú. Porque a pesar de haberte perdido siendo tan pequeña, te recuerdo así, bueno, alegre y generoso. Atrapo tu risa escandalosa y me abrazo al amor que me dabas, haciendo verdaderos esfuerzos para que todos esos recuerdos no se me escapen, porque es lo único que me queda de ti. Demasiado pronto tuve que aprender a hacerme fuerte, desde el mismo instante en el que sentí cómo mis cimientos se tambaleaban al no volverte a ver. Porque un 7 de mayo de hace 40 años, a las 10:30 de la mañana, la vileza terrorista te sorprendió quitándote la vida, y separándonos irremediablemente. Cuando me vienes a la mente, me pregunto qué estarías pensando en ese preciso instante. Tan sólo 37 años te dieron, papá. Recuerdo a mamá ese día, su mirada perdida y angustiada, me imagino su perturbación, intentando buscar las palabras, ¿cómo explicarme?, sabiendo el duro golpe que recibiría al escuchar tan espantosa y cruel noticia, esa herida que permanecerá abierta para siempre. Mamá, Mari, Lito y yo, te recordamos cada día. Tenemos marcada en nuestras entrañas esa terrible mañana de mayo, en la que se conformó un eterno vacío. Afortunadamente, mamá nunca ha permitido el olvido. Puedes estar muy orgulloso de ella. Te quiero, papá, espero volverte a ver y revivir el abrazo de un padre que acabó demasiado pronto. Tu hija, Nuria Beatriz. Madrid, 7 de mayo de 2021

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