No hay nada más enigmático que la pura apariencia. Las cosas no son como parecen. Y ello es aplicable a Pablo Iglesias, un político poliédrico y contradictorio, que suscita pasión y odio. Como un pecador que acude a la confesión, la gente que le detesta le necesita más que los que le aman porque genera un efecto catártico en sus adversarios. Pablo Iglesias es un ser complejo, movido por una atracción por el poder que choca con su espíritu antisistema. Para comprenderle, si ello es posible, hay que recurrir a la lógica de Heráclito cuando dice que somos lo que no somos. El sabio griego sentenció que el camino hacia arriba nos conduce hacia abajo. Esto es lo que le ha sucedido... Ver Más
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