Es un secreto a voces, el fichaje de Bruno Fernandes (Maia, Portugal, 1994) ha devuelto a la élite al Manchester United, un grande que yacía mermado desde la retirada de Sir Alex Ferguson. El portugués aterrizó en el norte de Inglaterra en enero del curso pasado tras varias temporadas a gran nivel en el Sporting de Lisboa y, desde su primera inclusión en el once, el United notó otro aire en su mediapunta . El recién llegado jugaba todos los minutos, su diestra lanzaba todo el balón parado y la totalidad del peligro ofensivo del United pasaba por sus botas pese a llevar unos días en Old Trafford. En febrero, fue elegido jugador del mes en la Premier; en junio, tras el parón derivado del Covid-19, repitió galardón. Su incorporación supuso un cambio drástico en la dinámica del club. Cuando llegó, el United estaba fuera de los puestos Champions. Con él (después de 22 partidos, 12 goles y ocho asistencias) el Manchester quedó tercero en Liga y fue semifinalista de Europa League, la competición en la que un año después jugarán la final frente al Villarreal. Pese a ser canterano del Boavista, el camino profesional del portugués comenzó lejos de casa, en el Novara de la Serie B italiana. Tenía 17 años y llegaba a la pequeña ciudad del Piamonte para jugar en el equipo juvenil. No obstante, acabó la temporada en el primer equipo disputando el playoff de ascenso a la máxima división italiana. Sus buenas actuaciones llamaron la atención del Udinese, club por aquel entonces especializado en avistar jóvenes talentos. Pronto, Bruno se asentó en la medular friuliana. Con 21 años ya sumaba cuatro temporadas en Serie A. Tras un breve paso por la Sampdoria, Fernandes volvía a su país para jugar en un grande, el Sporting de Lisboa. En el Sporting explotó y mostró a Europa todo su potencial. Un vendaval de goles por la escuadra y bellos pases de gol que llamaron la atención de los grandes de Europa, Real Madrid incluido. El United puso 55 millones de euros en la mesa del club lisboeta, un precio, a posteriori, bajo para el que es el máximo aspirante a ganar el jugador del año en Inglaterra. Solo un año después de su fichaje y aunque tenga contrato hasta 2025, la dirección del club pretende subirle el sueldo. Se estima que el luso cobrará 12 millones de euros, el doble de su salario actual. Esta temporada ha firmado 28 goles y 17 asistencias en los 57 partidos oficiales que ha disputado. Pero al margen de los números, Bruno es la principal amenaza del United desde la mediapunta: conduce con la cabeza levantada, amenaza con su disparo y busca en profundidad a Greenwood y Rashford, las balas en los extremos de los de Manchester. También, la llegada de un nueve rematador como Cavani ha aumentado el ratio de asistencias del portugués. De hecho, entre ambos destrozaron a la Roma en la ida de semifinales de esta Europa League, ese 6-2 en Old Trafford que mandó al United a la final de Gdansk. El Granada ya sufrió el fútbol del mediapunta en esta Europa League, siendo clave en el 0-2 de Los Cármenes. Ahora, el Villarreal tiene la difícil misión de ensombrecer la actuación del portugués en la final de la Europa League. Coquelin o Capoue serán los encargados de frenarle; un aspecto clave para que el Villarreal pueda levantar su primer gran título europeo, además de participar en la siguiente edición de la Champions League.
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