lunes, 1 de octubre de 2018

Pascual Dedios-Pleite: «España es reconocida en el mundo por cómo ha sorteado la crisis»

La industria atraviesa una nueva transformación más dinámica y apresurada. La digitalización será el adalid de esta cuarta revolución, que ya ha dado sus primeros frutos. Entre ellos, los llamados «gemelos digitales», modelos virtuales que permiten simular los procesos productivos para solucionar posibles problemas antes incluso de que se produzcan. Una tecnología que presentó en la pasada Bienal Máquina-Herramienta de Bilbao la compañía Siemens, cuyo director de Factoría Digital, Pascual Dedios-Pleite, advirtió de que las compañías españolas no pueden «dormirse» ante los futuros retos de la Industria 4.0. ¿Se encuentra España en el buen camino en términos de digitalización? España está entre los 15 países de mayor tamaño en lo que respecta al PIB. Sin embargo, un estudio de la consultora Roland Berger que nosotros mismos promovimos la situaba en el puesto número 43 en digitalización. Fue una sorpresa mayúscula. Estamos muy descolgados del grupo de cabeza, donde están Estado Unidos, Alemania, Corea y Reino Unido. ¿Qué ha de cambiar para que se reconduzca la situación? Tiene que haber más inversión y más formación. No hace falta nada más. Creo que los españoles hemos demostrado durante la crisis que somos capaces de adaptarnos a los entornos más adversos y de alcanzar el éxito. Durante la crisis, España se ha convertido en el segundo fabricante de automóviles de Europa y el octavo del mundo. Somos el sexto fabricante de componentes aeronáuticos. Exportamos el 95% de nuestros productos químicos y farmacéuticos. ¿Crees que un país así no tiene ganas? ¿Está satisfecho con la gestión de la crisis en España? Creo que España ha hechos sus deberes muy bien, y eso nos ha permitido sortear la crisis. Principalmente, porque el tejido industrial tenía grandes competencias en automatización, que es la tercera revolución industrial. También porque la industria ha tenido la base suficiente de conocimiento como para poder superar este reto. A día de hoy, es difícil no encontrar en los mercados compañías españolas exportando o participando en la economía. Entonces, ¿qué ha fallado para estar tan atrás en el ámbito digital? A los españoles nos cuesta tomar decisiones trascendentes para ser los primeros. Parece que esperemos a que otros acierten o se equivoquen para hacer las cosas. El problema es que, si miramos para atrás, las revoluciones industriales se han alargado durante 40 años. Esta cuarta, en mi opinión, durará apenas 20. Es decir, que un año perdido equivale a dos de la época de la automatización. ¿Cuáles son las claves de esta nueva etapa? Creo que para integrarse en el nuevo paradigma es necesario que se produzca un cambio cultural. Es esencial tener una actitud digital. Por otro lado, yo clamo a nuestras administraciones a que entiendan que la industria es un bien social tan importante como la sanidad o la educación. El 50% de los empleos de calidad provienen de la industria, y por tanto hay que dotarla de formación. Además, la incorporación de la mujer también va a ser un factor muy importante, aunque todavía no se ha adentrado de forma adecuada a una transformación digital que comienza a ser mucho más atractiva para las futuras profesionales. Es algo que estamos viendo en nuestra propia compañía. ¿Ve al país preparado para dar ese salto? Este país es muy grande, y lo es porque también lo son sus Comunidades Autónomas. Cuando el mundo entraba en un «crash» económico y social ni nosotros mismos sabíamos qué iba a pasar. Hoy, España es reconocida en el mundo por cómo hemos sabido sortear la crisis. Hemos salido reforzados y con la lección aprendida. Por eso creo que sabremos enfrentar este futuro, pero no hay que dormirse porque otros están corriendo desde hace tiempo. Este tren va muy deprisa. ¿Cuáles son las posibilidades que ofrece esta nueva revolución industrial? Más que de posibilidades, yo hablaría de realidades. Puedo poner muchos ejemplos. En el sector de la máquina-herramienta, el motor eléctrico está empezando a dejar ver su efecto. Los bloques de combustión de diesel no tendrán tanta demanda en el futuro, y muchas empresas se ven obligadas a transformarse. En Siemens vamos a estar a su lado. Nosotros estamos trabajando muy de cerca también con el grupo Mondragón en el mundo del software industrial, y también tenemos relaciones importantes con el grupo tecnológico CAF, sobre todo en el que respecta a proyectos de hibridación de movilidad urbana y transporte. Compañías del País Vasco, donde Siemens presume de tener una fuerte presencia. Nosotros llevamos 100 años trabajando en el País Vasco en diferentes formatos, y al cabo de tanto tiempo no te queda más remedio que sentirte vasco. Eso nos ha permitido vivir la transformación profunda de las actividades industriales desde aquí, algo de lo que nos sentimos muy orgullosos. España pertenece al grupo de los diez fabricantes de máquina-herramienta del mundo, y eso se debe a los productos y tecnologías que se exportan desde el País Vasco. ¿Cómo ve el proceso de transformación digital en la Comunidad Autónoma vasca? En Euskadi se están haciendo las cosas con mucha cabeza. Si la aportación al PIB industrial en España se sitúa en el 13, el 14 o el 15%, aquí se encuentra próximo al 25%. Diez puntos por encima. Es una Comunidad Autónoma con una tremenda penetración en el tejido industrial, algo que lógicamente invita a reflexionar acerca de si las cosas se están haciendo bien. Yo creo que sí, como demuestran estrategias como la Basque Industry 4.0, que es un referente en el entorno nacional.

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