
«Presidente, ¿ha autorizado a Iglesias a negociar los Presupuestos en la prisión?». Esta fue la pregunta de un periodista en Bruselas que provocó un nuevo error de protocolo de Pedro Sánchez. El presidente del Gobierno español había acudido este miércoles a la capital belga para defender los Presupuestos ante la Unión Europea. Cuando este y Jean-Claude Juncker estaban posando para las fotografías oficiales delante de las banderas española y europea, tuvo lugar la escena en la que el jefe del Ejecutivo comunitario «salva» de un nuevo ridículo al mandatario socialista. Sánchez y Juncker, durante su encuentro en Bruselas - EFE Se encontraban los dos dirigentes realizando el habitual apretón de manos, mientras los periodistas aprovechaban para lanzar algunas cuestiones con el objetivo de arrancar alguna declaración, aunque no fuera el momento para ello. Sánchez, en un primer momento, hace oídos sordos a las preguntas. Su actitud refleja que, efectivamente, no es el momento de contestar a nada. Juncker y él se limitan a posar. En ese mismo momento, uno de los corresponsales lo intenta de nuevo y esta vez el presidente del Gobierno pica el anzuelo mientras el presidente de la Comisión Europea se mantiene callado, serio y en segundo plano. «A Juncker, sobre todo, quiero mostrarle nuestra colaboración...». Y ya. A Sánchez no le dio tiempo a decir nada más, no se lo permitió el mandatario europeo, que lo apartó cogiéndolo del hombro y dejando al presidente del Gobierno con la palabra en la boca. Cuando el jefe del Ejecutivo español nota la mano de Juncker, le cambia por completo la cara y se deja arrastrar para salir de allí. Una escena que se produce tras acordar con Podemos unos presupuestos contrarios precisamente a las directrices de Europa. La lectura entre líneas del gesto impulsivo de este lleva implícito el malestar de la Comisión con el Sánchez, que ha hecho caso omiso a los compromisos de reducción de déficit.
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