Alcaraz se juega las semis contra un Zverev renacido pero agotado

«He vuelto», proclamó Alexander Zverev, con la cara demacrada, casi a las dos de la mañana del martes, desde la pista azul de Arthur Ashe. El alemán se había pegado durante casi cinco horas con Jannik Sinner, en un nuevo duelo épico en el Abierto de EE.UU. , una de esas madrugadas neoyorquinas en las que el espectador duda entre irse o quedarse, entre perderse un final electrizante o apenas tener horas de sueño. Noticia Relacionada Tenis estandar No Zverev estalló y paró su partido tras escuchar en la grada «la frase más famosa de Hitler» Miguel Zarza El tenista alemán detuvo el choque con el italiano Jannik Sinner después de que un aficionado gritase una controvertida estrofa del que fuera himno oficial de su país durante el Tercer Reich Zverev, de hecho, volvía a Nueva York después de su ausencia el año pasado por lesión. Se rompió el tobillo en una acción espeluznante aquel año en Roland Garros -tenía delante a Rafael Nadal- y surgieron todas las dudas sobre su futuro en el tenis. El alemán es un puntero en esa generación de tenistas -Stefanos Tsitsipas, Matteo Berrettini, Casper Ruud- llamados a ocupar el lugar del 'Big Three'' el triunvirato de Roger Federer, Rafael Nadal y Novak Djokovic que ha dominado el tenis de las dos últimos décadas. Entre ellos, solo el ruso Daniil Medvedev, que le robó el Abierto de EE.UU. de 2021 a Djokovic, ha conseguido hincarles el diente. Y una generación más joven, liderada por Carlos Alcaraz , amenaza con dejarles sin nada. El murciano y Zverev se verán la madrugada de hoy en los cuartos de final de Nueva York y será una oportunidad para empezar a dilucidar cuál de estas dos generaciones se impone en los grandes escenarios del tenis mundial. Alcaraz habrá disfrutado ayer de su desayuno al comprobar qué ocurrió durante la madrugada. Zverev le quitó de en medio a una de sus bestias negras, Jannik Sinner, que le ganó en su último encuentro -en Miami esta primavera- y con quien protagonizó un duelo histórico en cuartos aquí el año pasado. El alemán irá con muchos kilómetros en las piernas tras un partido devastador que tuvo de todo, incluso un parón de varios minutos después de que Zverev pidiera al juez de silla que expulsara a un espectador en las butacas de la grada baja, las que cuestan cientos o miles de dólares. «Ha dicho la frase más famosa de Hitler», acusó el alemán. La seguridad buscó y rebuscó al espectador hasta que lo encontró y le expulsó. Zverev explicó que el hombre había cantado el himno nacional con letra nazi 'Deutschland über alles' ('Alemania por encima de todos'). Zverev podría parecer un rival más asequible que Sinner, pero tendrá muchas complicaciones. Ha recuperado nivel en los últimos meses -perdió en semifinales de Cincinatti con Djokovic, ganó en Hamburgo- y en el historial particular con el murciano se impone con tres victorias frente a dos derrotas. EE.UU. sueña con Coco Gauff En el cuadro femenino, Coco Gauff es la gran alegría para la parroquia estadounidense. Tras dos décadas de dominio con Venus y, sobre todo, Serena Williams, Gauff podría erigirse como sucesora con solo 19 años tras meterse por primera vez en las semifinales de Nueva York. Ya fue finalista en Roland Garros el año pasado.

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