martes, 5 de septiembre de 2023

España vuelve a la casilla de salida

El baloncesto español vivía en una nube y no lo sabía. El heroico e inesperado Eurobasket conquistado el pasado verano indujo a todo un país a un sueño, una realidad en la que no importaba el qué o el cómo, la selección siempre salía campeona. Es por eso que cuando se acercaba el Mundial de Indonesia, Japón y Filipinas y los malos presagios se acumulaban, solo se rebajaron ligeramente las expectativas. Daba igual no contar con Ricky Rubio, mejor jugador del Mundial de 2019, o Lorenzo Brown, el eje de la peonza del Eurobasket conquistado. Ahí estaba Juan Núñez , con sus 19 años y campeón de la liga alemana con el Ulm. O los Hernangómez, quizás algo cargados de exceso de responsabilidad tras su gesta en Berlín, convertidos en líderes de la noche a la mañana. Noticia Relacionada BALONCESTO estandar No EE.UU. aplasta a Italia y ya está en semifinales Daniel Cebreiro Liderados por Bridges y Haliburton, los estadounidenses anulan el ataque italiano y se exhiben ofensivamente (63-100) El caso es que la aventura en el sudeste asiático ha acabado muy mal en cuanto a resultados, eliminada España en la segunda ronda tras sumar dos derrotas en dos partidos ante Letonia y Canadá . Algo no le cuadraba a Scariolo porque el italiano, cuando atendía a los medios nacionales en el Indonesia Arena, enviaba mensajes muy claros, hablaba sin tapujos. «A veces hemos estado muy por encima de las expectativas» o «Esto es un equipo en un proceso de cambio generacional» fueron algunas de sus premoniciones. Y la experiencia, siempre aparecía en sus construcciones. Casi llegó a creerse que la selección estaba formada por tres tribus diferentes. Los de nula experiencia, los de media y los más veteranos, algo que quizás pudo ser contraproducente, segmentado el grupo pese a considerarse una familia. Intentaba advertir el técnico de algo que se hizo efectivo en el partido ante Letonia. Once arriba, Scariolo quiso cerrar el duelo con la vieja guardia y con los perfiles más aguerridos de su plantilla. Díaz, Llull, Abrines, Claver y Garuba. La apuesta fue fallida porque el equipo se atascó en ataque como nunca y los bálticos se prendieron como una caldera para rehacerse y llevarse el partido. No quiso morir de la misma forma en el decisivo partido ante Canadá y devolvió a la rotación a Núñez y a Santi Aldama, las dos mejores noticias que había recibido el baloncesto español en mucho tiempo, además der ser Scariolo mucho más flexible en cuanto a la distribución de minutos. Contra los norteamericanos, España sí mostró una cara mucho más seria, casi perfecta, porque estaba jugando contra una de las favoritas, un equipo lleno de jugadores NBA de alto calibre, y estos llegaron a estar desesperados ante el empuje de la selección. Pero, el resultado, fue el mismo. Derrota y esta vez definitiva, expulsados de un torneo en el que defendían corona. La base está ahí, este equipo es de sobra competitivo, pero no obra milagros. «En proporción a lo que tenemos y a lo que hemos hecho, este ha sido de nuestros mejores campeonatos», sentenciaba el italiano. Y efectivamente, esto es lo que tenemos. Un equipo muy competitivo, excelso en coraje, defensa y con una tremenda capacidad para disimular las carencias. Pero claro, sin las grandes estrellas de antaño, esos jugadores con capacidad de cerrar un partido con contundencia. En los próximos meses, al grupo, le toca adaptarse a su nueva realidad, una realidad que debía vivir desde el verano de 2021, cuando los Gasol y Sergio Rodríguez se retiraron del deber nacional, pero que fue aplazada con una de las gestas más bellas y heroicas de la historia del deporte. Una guerra es lo que le espera a la selección en los próximos meses. El resultado en el Mundial deja a España sin billete para los Juegos Olímpicos de 2024, dentro de un año. Toca ganárselo en la cancha, peleando en un rocambolesco torneo que se disputará el próximo julio. Un viacrucis durísimo en el que estarán equipos como Brasil, Lituania, Grecia o Italia. Y eso sin contar que a lo largo del año, la selección tendrá que hacerse con un puesto para el Eurobasket: su rival, Letonia, uno de sus verdugos en el Mundial. Toca volver a la casilla de salida, viajar atrás en el tiempo, cuando España era una más del firmamento. Los nombres han cambiado y ganar ya no volverá a ser tan fácil. Sin ponerse excesivamente dramáticos, pues nuestro país seguirá siendo una superpotencia en el baloncesto, una realidad corroborada por las categorías inferiores cada verano, que no dejan de acumular medallas y experiencia para cuando tengan que dar el salto a la absoluta. Pero, por ahora, vienen tiempos de reflexionar y planificar bien el futuro. «Cuando llegue el momento, haremos una lista para ver quién está y quién no para ir a la guerra», avisó Scariolo.

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