Koeman y la eterna amenaza

El Barcelona afronta una nueva final, en este caso en La Cerámica, ante un Villarreal inmerso en la pelea por meterse en los puestos que dan acceso a disputar la Europa League. Tal vez el desplazamiento más complicado para un equipo que ha vencido las vicisitudes iniciales que le condenaban a una temporada de transición, que ya saca brillo en sus vitrinas a la Copa del Rey conquistada la semana pasada y que depende de sí mismo para ganar una Liga impensable hace unos meses. Ronald Koeman, cuestionado por varios de los candidatos a la presidencia, ha sabido imponer su criterio, ir moldeando al equipo e imprimir su carácter y filosofía de juego. La creciente mejoría no libra al técnico azulgrana del cadalso, amenaza constante de la que aún no ha podido liberarse completamente. «El presidente siempre me ha demostrado su apoyo y confianza y hasta que no diga lo contrario... Me veo entrenador para la próxima temporada y, además, tengo un contrato. En caso contrario, tendremos que hablar», reiteró ayer, como cada vez que comparece en una rueda de prensa. Laporta se limitó a dedicarle unas palabras públicas durante su toma de posesión del cargo presidencial: «Ronald, sabes que tienes la confianza de esta junta». Una aseveración que se ha echado en falta de forma oficial y que siempre ha ido condicionada a la conquista de títulos. Mientras, Koeman se mantiene firme a sus principios futbolísticos y arguye la mejoría del equipo como defensa a su trabajo. El neerlandés ha sabido devolverle la sonrisa a Messi, ha recuperado la mejor versión de Dembélé, es uno de los artífices de la eclosión de Pedri, ha dotado de identidad a una nueva generación, ha apostado por la juventud y la cantera (Mingueza, Araújo, o Ilaix Moriba) y ha sabido sobreponerse a lesiones de larga duración de jugadores importantes, como Ansu Fati, Coutinho, Gerard Piqué o Sergi Roberto. Además, el aficionado culé ha recuperado el orgullo tras sus actuaciones en la banda y sus palabras en la sala de prensa. No ha dudado en criticar públicamente a jugadores (Mingueza, Riqui Puig, Dembélé, De Jong, Griezmann, Lenglet o Pjanic), en reconocer las carencias y necesidades del equipo o en levantar la voz ante algunas actuaciones arbitrales.

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