Los dos días de descanso que el Real Madrid ha tenido para preparar el duelo ante el Olympiacos pueden ser claves. El club blanco ha dispuesto de un tiempo muy valioso para recuperar a Tavares, que se marchó lesionado ante el Efes con un golpe muy fuerte en la cadera que le impidió entrenar ayer y que le hace ser duda ante los griegos para el partido del viernes. El pívot solo hizo trabajo de recuperación el miércoles, con la zona de la cadera aún muy dolorida tras el choque inesperado con su compañero Garuba. El golpe dejó KO al caboverdiano, que ya no volvió a actuar y cuya ausencia condenó al Real Madrid. Sin él, los blancos pierden a su referente. El hombre más decisivo. Desde la marcha de Campazzo, Tavares se ha erigido como el arma ofensiva principal del Madrid y sin ella las opciones de alcanzar los cuartos de final disminuyen exponencialmente. Por eso, el Real Madrid le mimó ayer y le probará hoy con la esperanza de que Laso -expulsado y que no podrá dirigir mañana el choque- pueda contar con él para el partido. Su baja sería un mazazo, no solo por su calidad, sino porque el juego interior del equipo está ya muy tocado por la lesión de larga duración de Anthony Randolph. El equipo blanco necesita ganar sí o sí al Olympiacos para tener opciones de estar en los playoffs. De hecho, tiene que ganar a los griegos y hacer lo mismo la semana que viene en casa del Fenerbahçe. Un final de liga regular muy complicado que podría dejarles fuera de cuartos de final por primera vez desde 2012.
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