lunes, 5 de abril de 2021

Cala se enfrenta a un castigo de dos a cinco años si se prueba el insulto

A las siete de la tarde del domingo, los centrales de Valencia y Cádiz Diakhaby y Cala se enfrentan en una fuerte discusión. Pero de momento no hay ninguna prueba de que el segundo llamase al primero «negro de mierda», y es aquí donde reside el quid de la cuestión en el incidente racista que ha sacudido la Liga, pues un árbitro, con el reglamento en la mano, puede cancelar un partido si aprecia racismo o xenofobia en el transcurso del mismo (en 2019 Zozulya y el Albacete se fueron del campo después de que el delantero fuese llamado nazi por los hinchas del Rayo Vallecano y el partido se pospuso). Sin embargo, en el Cádiz-Valencia el cuadro arbitral no captó ningún incidente de esta índole, pese a que en el acta sí se reflejo lo siguiente: «El jugador Nº 12 del Valencia C.F. Mouctar Diakhaby, una vez amonestado por discutir con un contrario, me dice textualmente: ‘Me ha llamado negro de mierda’ en referencia al jugador Nº 16 del Cádiz C.F. Juan Torres Ruiz». Pero los posicionamientos, comunicados y, sobre todo, las actitudes que siguieron a ese instante han dado validez al debate. Diakhaby estaba hundido como reconocieron sus compañeros, pero la improvisación y los códigos de otra época (si el Valencia no volvía al campo perdería por 0-6 según el artículo 77 de la RFEF) permitieron el amago de reivindicación y que el partido se reanudase con todo menos normalidad. Según el código disciplinario de la Federación Española (artículo 72), el organismo considera como infracción muy grave los «insultos que impliquen una vejación a una persona por razón de su origen racial o étnico». Por lo tanto, en caso de demostrarse ese insulto, Cala podría enfrentarse a una sanción que provocaría la retirada de su licencia como futbolista profesional durante un periodo de entre dos y cinco años. Además, esto podría incluir una multa de desde los 18.001 euros hasta los 90.000. Esta compensación económica también podría ser impuesta como único castigo, igual que la retirada de la licencia. Los comités decidirán En cuento a las pruebas, la mayoría pertenecen a la Liga, ya que es ella la que tiene acceso a todas las cámaras en los estadios de Primera división. Javier Tebas, su presidente, aseguró que ya están investigando los sucesos. «Se ha abierto un proceso interno. Tendremos que ver los vídeos y las imágenes del partido y ver qué pasó en ese instante. Por la reacción del jugador del Valencia, algo pasó, y vamos a intentar aclararlo», aseguró Tebas, quien también recordó el caso del delantero Iñaki Williams en el estadio del Espanyol en 2020. El vasco fue agredido con insultos xenófobos y la Fiscalía se querelló contra dos aficionados. Hasta la fecha, es el único partido de la Liga que ha acabado en juicio por racismo. Si descubriese el insulto en las imágenes, la Liga puede denunciar el hecho. Y serán los órganos disciplinarios quienes decidan. Tanto el Comité de Competición de la Federación como el Comité Antiviolencia del Consejo Superior de Deportes (CSD) son los organismos que pueden aceptar pruebas contra el racismo por parte de cualquier jugador, club o entidad y son ellos los que pueden juzgar y, si lo consideran oportuno, castigar un acto como el del domingo. El presidente del Valencia, Anil Murthy, compareció ayer junto a Diakhaby, quien no pronunció ni una palabra, para asegurar que en el partido en cuestión se asistió «a un acto flagrante de racismo» y que el equipo ha hablado con la Liga y la RFEF para que este tipo de acontecimientos «no se repitan». El otro actor implicado, Juan Cala, aseguró ayer a su llegada a las instalaciones del Cádiz que estaba «muy tranquilo» y que no se iba «a esconder». «Parece que en este país no existe la presunción de inocencia», añadió. Hoy dará su versión en rueda de prensa.

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