Lucas y Asensio, la pareja de moda

Desde hace un tiempo, Alemania ha dejado de ser un campo de minas para el Real Madrid, a un pasito de la final después de su magnífica victoria en Múnich. Van tres triunfos consecutivos en casa del Bayern, el ogro de toda la vida ahora venido a menos, y el conjunto blanco mantiene el idilio con la competición que le hace grande, su razón de ser. Aunque con matices, funciona todo bien en Europa y se consolida una pareja fundamental y decisiva, un tándem que apunta a Kiev y de paso a Rusia. El Madrid de las estrellas tiene a Lucas Vázquez y a Marco Asensio, queda todo dicho En el once de Zinedine Zidane, por fin justo y rendido en la mayoría de los casos a la meritocracia, asomó Lucas, siempre agitador y encendido en este tramo final de curso. El gallego, acostumbrado a ser un revulsivo, ha dejado de ser un actor secundario y se ha ganado por méritos propios estar entre los elegidos, solidario en defensa y el mejor compañero que se puede tener. Fue importante en la eliminatoria contra el París Saint-Germain, provocó el penalti del siglo en el histórico duelo ante la Juventus y ayer saltó de inicio al campo en el Allianz Arena, chico de moda que contagia al resto. Para colmo, se le utilizó como lateral cuando Carvajal cayó en combate y no desentonó en absoluto. Lucas Vázquez está tramitando los papeles para estar en el Mundial de Rusia, candidato a ser uno de los 23 de Lopetegui porque está rindiendo estupendamente en esta primavera de emociones. Por él no será, seguro, y anoche se apuntó otro mérito al asistir a Marco Asensio en el segundo gol del campeón, inteligente primero para provocar un error de bulto de Rafinha y preciso para dejar al mallorquín, después de una pared, solo ante el portero (18 pases de gol en lo que va de campaña). El desenlace, ya se sabe: golazo de Asensio, golazo del Madrid a la contra. Cambio de imagen Fue el primero de Asensio en la Champions, pero su intervencionismo es digno de estudio. Empezó la temporada como un tiro, con esas exhibiciones en las Supercopas veraniegas que le llevaron a todas las portadas, y ahora vuelve a lucirse después de unos meses algo más discretos, contagiado también por la indolencia del Madrid en la Liga y en la Copa. En Múnich fue suplente, pero suplió a Isco en la media parte y su aparición fue divina. Con él en el campo, siempre da la sensación de que puede pasar algo. Asensio es elegancia, una zurda de seda que ha dejado momentos de una relevancia incalculable desde que ficho por el Madrid. En Baviera, otra vez ahí, se consagró con la diana que certificó la remontada y la afición del Bayern recordó inevitablemente que ya el año pasado todo cambió cuando el balear hizo acto de presencia, pues regaló el 1-2 a Cristiano Ronaldo. Esa cita marcó un antes y un después en Asensio, que también en la vuelta se creció marcando, ya en la prórroga y ante un rival diezmado, el 4-2. Es la bestia negra del Bayern, castigado por una pareja letal que no deja de crecer.

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