El contundente mensaje de Sergio Ramos: «Fue penalti en Múnich, Madrid o Burgos»

Nadie podrá decir que el Madrid está a noventa minutos de Kiev por fortuna, casuística o eliminatorias banales. PSG, Juventus y ahora el Bayern, a todos les ha ganado el conjunto blanco en su feudo, sabiendo sufrir y ejecutando a su enemigo en el momento adecuado. Anoche, ante los alemanes, volvió a ocurrir: «Nosotros creemos y nos gusta jugar en estos escenarios», explicó Zidane, dándole continuación a su lapidaria reflexión de la previa: «No nos cagamos en los pantalones». Demostró personalidad y jerarquía el Madrid, en un partido donde no brilló, para darle prioridad al mono de trabajo ante un Bayern que tuvo bastante más ocasiones que los blancos. Normal que Heynckes se fuera enfadado: «Los dos goles del Real Madrid fueron superfluos. Repartimos regalos». Muller, ahondaba en la herida: «Fuimos muy ingenuos. El primer tanto de ellos es extraño y el segundo un error individual. Desperdiciamos muchas ocasiones». Zidane reconoció que el su equipo no estuvo fino en la primera mitad, con problemas entre líneas ante James y Thiago, pero exculpó a Keylor Navas de la responsabilidad del gol de Kimmich, para el francés un error global: «Es un fallo en cadena. En el inicio de la jugada no estamos bien colocados y luego sufrimos una consecuencia de errores, no solo Keylor. En la segunda mitad ha hecho tres paradas muy buenas, y sale todo de él, de su fortaleza mental». La entrada de Asensio en la segunda mitad, por ligeros problemas en el hombro de Isco, le dio un nuevo impulso al equipo blanco, subido a la ola del gol balsámico de Marcelo. Como ya hiciera el pasado año, el balear resultó decisivo en el Allianz: «Es vertical, tiene velocidad, pegada... Hace la diferencia», aseguró Zidane. «Define como un crack», explicó Lucas, el asistente. El protagonista fue más comedido: «Si hay halagos significa que estoy haciendo bien mi trabajo, pero lo importante del gol ha sido la victoria». Le dio buena suerte al Madrid fotocopiar el guión del pasado año. Zidane pidió volar con la misma tripulación, alojarse en el mismo hotel y volver a jugar de negro. Un ritual que hasta calcó el resultado, aunque el capitán Ramos mandó un aviso: «Lo de la Juventus nos sirvió para levantar las orejas». Sergio llevaba en modo mute desde la ida ante los italianos, y dejó un mensaje claro: «El penalti fue clarísimo, aquí en Múnich, Madrid, Burgos o donde quieras. Lo que nos sorprendió es que la mayoría de la prensa española dijera que no era. Ahora hay que mantener la calma».

De Deportes https://ift.tt/2Hxccmj