lunes, 30 de abril de 2018

El turismo en Canarias cuando España entró en el FMI, hace 60 años

El negocio del turismo en Canarias fue fundamental para que España cumpliera con los objetivos que se marcó cuando se incorporó al Fondo Monetario Internacional (FMI), del que se cumple este 2018 sesenta años de su entrada. Fue en 1958 y tuvo efectos inmediatos en el desarrollo del mercado interior de Canarias. La situación de España era muy compleja y ese mismo Suecia se convierte en el primer país que autoriza vuelos no regulares a las islas con turistas. Desde 1946 existía un acuerdo de la ONU y sus agencias para que España no contase con cobertura de Occidente. Hasta se recomendó que los embajadores salieran de España hasta que tuviera un «gobierno aceptable». El no acceso a liquidez frenaba el desarrollo de España y el turismo en Canarias era muy reducido porque no existía crédito bancario para hacer inmuebles y servicios. En 1950 hubo una nueva resolución de la ONU que señalaba, entre otras cosas, que los técnicos de las agencias de la ONU tendrían independencia para decidir si aceptaban o no la entrada de España en sus ámbitos de influencia. A partir de ahí surgen los acuerdos de cooperación y amistad de 1953 entre Madrid y Washington. En 1958 España entra en el FMI con ayuda de la banca norteamericana. La economía de Canarias iba un poco delante dado su régimen fiscal y posición en el negocio agrario con exportaciones al Reino Unido y el turismo urbano. Existían hasta patronales con extranjeros en su junta directiva. El Año Nuevo de 1958 se celebra en Canarias con el primer vuelo con turistas que llegan a las islas. Llegan los suecos Se trataban 57 pioneros de Suecia que pasaron la Navidad en el sur de Gran Canaria. Tras esa experiencia, con las inversiones realizadas por el Conde de la Vega Grande en San Agustín, se regulariza esos vuelos en un DC-6B con capacidad para 107 pasajeros que volaba desde Malmo a Gran Canaria con la aerolínea Transair. En aquel periodo, hubo dos directores gerentes del FMI que eran suecos. Y es que entre agosto de 1951 y octubre de 1956, Ivar Rooth. Y entre noviembre de 1956 y mayo de 1963, Per Jacobsson. En 1958, los viajes con operadores turísticos se fortalecen en Canarias. Se barruntaba que Canarias precisaba 10.000 habitaciones hoteleras para acoger el mercado idóneo y ayudar a cumplir con previsiones de crecimiento que se trazó la economía española ante la comunidad internacional. La llegada de liquidez a España impulsa a la familia del Castillo y Bravo de Laguna a abrir complejos como «Los caracoles» y lá área de ocio «La Totonda». Eran propietarios de grandez extensiones de suelo que, hasta entonces, se aprovechaba para el negocio agrario. E El número de turistas que llega a las islas Canarias en 1960 ya es entonces de 73.140 efectivos que se alojaban en 2.367 plazas hoteleras. Cinco años más tarde, se supera los 317.000 turistas con 11.119 camas. Aeropuerto de Gran Canaria a principio de los SesentaPrimer millón de turistas El primer millón de turistas llega a Canarias en 1971 con 31.112 plazas hoteleras y 103.301 plazas en apartamentos. Es el inicio del capitalismo popular en las islas porque las cajas de ahorros financian la construcción para alquilar esas camas a operadores turísticos a cambio de usarlos solamente un par de meses año. En 1972 en la ciudad de Las Palmas había 92 discotecas y el gasto de los turistas generaba la llegada de nuevos capitales desde Alemania. Con ese alquiler, se autofinanciaba construcción y gestión. Las familias, una vez entraban en beneficios, adquieren otras propiedades y financian nuevas operaciones comerciales. Los primeros dos millones de turistas se registran en 1975. Entonces, en Canarias hay 55.861 habitaciones hoteleras y 83.500 plazas en apartamentos en las islas Canarias. Las islas optan por el turismo familiar. Más apertura La apertura de la economía española no solamente trajo vuelos contratados por mayoristas hoteleros a Canarias. Desde 1960 las islas concentran bases de aerolíneas regulares como Lufthansa, Air France y British Airways. En aquella época se compraba un dólar en el mercado negro de Tánger a 54,99 pesetas, 0,33 céntimos de euro. La presencia de esos vuelos genera más demanda de plazas hoteleras. La profesora Elena Martínez Ruiz, de la Universidad de Alcalá, en «El sector exterior durante la autarquía (1940-1958)», editado por el Servicios de Estudios del Banco de España, apunta que entre 1950 y 1958 los ingresos relacionados por servicios intangibles pasó de 48 millones de dólares a unos 240 millones en el año 1958. «El gran protagonista de dicho aumento fue el turismo», asegura Martínez. Por ejemplo, en 1954, 1,3 millones de efectivos turísticos visitaron España generando 112 millones de dólares, mientras que, en 1958, entró en España casi tres millones de turistas, lo que supuso unos ingresos de más de 85 millones de dólares. Para Martínez Ruiz, «las razones de ese descenso pueden ser varias» y apunta que «la más probable se relaciona con la utilización, por una parte de los turistas, de vías no oficiales para la compra e introducción de pesetas en España». Mercado negro De hecho, los turistas recurrían al mercado negro para obtener pesetas en origen o una vez que llegaban a las islas. «El proceso de crecimiento económico experimentado en los países occidentales dio alas al turismo en toda Europa» apunta Ruiz. En ese contexto, el fin del bloqueo internacional, a partir del acercamiento de EEUU al gobierno de Franco, «abrió las fronteras españolas a un creciente número de franceses, portugueses, británicos y alemanes, que pudieron disfrutar en España de su cada vez mejor situación económica», afirma la profesora Martínez Ruiz. Ese descontrol financiero pudo influir en la caída de los ingresos medios por turista en Canarias frente el aumento de la demanda, que antepuso el aumento de la cantidad de visitantes a una mejora en la calidad del producto ofertado, «comenzando así a cimentar la apuesta por el turismo barato de «sol y playa» que iba a caracterizar a España como destino turístico», indica la profesora Elena Martínez. Sesenta años después, los canarios tienen 16,2 millones de turistas, es decir, una media diaria de 35.000 efectivos nuevos . Alejando del Castillo y Bravo de Laguna con sus hijos Iván, Alejandro y Fernando - J. Reyes El Conde de la Vega Grande Pero en el turismo de Canarias hay una persona clave que supo moverse sacar partido a la potencialidades de la ecomomía de las islas. El IX Conde de la Vega Grande, Don Alejandro del Castillo y Bravo de Laguna el interés por sacarle partido al talento de los canarios con el turismo. Fue quien lanzó el concurso con el que se desarrolló el sur de Gran Canaria de forma definitiva: Maspalomas Costa Canaria. En 2016 afirmaba a «Canarias 7» que «empezamos en San Agustín porque llegaba la carretera y era lo primero que se veía». Del Castillo y Bravo de Laguna pidió a Unelco, que era del INI, energía para las nuevas infraestructuras, «y me dijo pasados quince días que había que pagar 60 millones de pesetas, y le dije que para eso poníamos la luz nosotros». Entonces, «compramos un grupo electrógeno para lo primero que se hizo, que fueron los bungalós Los Caracoles y La Rotonda. Después llegaron los suecos con lo que se llamaba Nueva Suecia... así empezamos, pero nunca pensamos que se iba a llegar a tanto». Ténicos en la gestión La regulación del negocio del turismo en las islas Canarias, en un periodo en el que no existía ni promoción exterior, generó una clase de técnicos que entró en este emergente mercado. Los que dirigían el negocio del turismo frente al regulador, representado por el Gobierno, eran Luis Muñoz Cabrero, entonces director de la cadena Husa en las islas; Ian K. Park, responsable de Casa Miller; el promotor Virgilio Suárez Almeida; Emilio Suárez Fiol, de grupo Elder; José Barbero, que era delegado en las islas de Wagons Lits Cook; Julio Abreu, director territorial de Marsans; Juan Artiles, que era propietario del Hotel Central; Casimiro Mathias Gil, director del Hotel Parque; Felipe de Gunter, entonces ya director del Hotel Santa Catalina; Fernando Trujillo, que ya era director de la unidad de turismo de la cooperativa de Taxis de Las Palmas; Sinforiano Henríquez, dueño del Las Cuevas y André J. Hefti, director de negocios de Canaexpress. Las ideas de Néstor Martín en 1936 Obviamente, antes de la entrada de España en el FMI en Canarias hubo turismo. A mediados de los años Treinta, el artista canario Néstor Martín Fernández de la Torre, que era integrante del Sindicato de Turismo, sostenía la necesidad de «la revalorización del país; la acentuación de nuestra personalidad; cuidado con las costumbres y aspectos típicos (artesanía, trajes canarios, vinos, etc.); embellecimiento de nuestros pueblos y ciudades; plantación de árboles; cuidado en no estropear la Playa de Maspalomas, evitando lo ocurrido en Las Canteras; albergue en la Cruz de Tejeda; Pueblo Canario con exposición permanente de productos isleños».

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