
Un reservista es una persona que desea aportar, de forma voluntaria y temporalmente, sus capacidades, habilidades y conocimientos en las diferentes misiones que llevan a cabo las Fuerzas Armadas, en el cumplimiento de la función que la Constitución les asigna y como respuesta a los compromisos asumidos por el Gobierno. Así define el Ministerio de Defensa una figura destinada a la población civil que cuenta en toda España con cerca de 4.000 efectivos. En Castilla y León, la cifra asciende actualmente a 313 distribuidos entre los tres ejércitos: Tierra, Armada y Aire, a los que se suman los Cuerpos Comunes (el Jurídico Militar, el de Intervención, el de Sanidad y el de Músicas Militares). La Comunidad está entre las primeras en número de reservistas, sólo superada por Andalucía, con 971, Madrid, con 616, y Valencia, con 330, según los datos del Ministerio correspondientes a 2017, año en el que la región castellano y leonesa contaba con 323. Por provincias, Valladolid se sitúa a la cabeza, con 101 voluntarios, seguida por Burgos, con 61, y León, con 58. El mayor número de efectivos que han sido incorporados es de León, con 19, y de Valladolid, con 18. Ligero descenso Estos «civiles militares» han experimentado en los últimos años un ligero descenso en número, después de que alcanzasen el pico en 2011, con 5.500 efectivos en toda España. Sin embargo, desde entonces la tendencia es a la baja, aunque también provocada por una relajación lógica pasado el «boom» inicial de las primeras convocatorias. También hay que tener en cuenta que no todos los reservistas son activados, es decir, son llamados para incorporarse a una misión, ya que depende siempre de las necesidades del Ejército para cubrir las plazas para las que no hay militares. De hecho, en Castilla y León se activaron el pasado año sólo 70 reservistas, cuando actualmente hay 313. Pueden formar parte de las Fuerzas Armadas con esta condición, los menores de 58 años para acceder a la escala de oficiales y suboficiales, y de 55 si quieren adscribirse a la Tropa y la Marinería. Se adquiere entonces un compromiso por tres años renovables que conlleva un determinado tiempo de activación en Unidades, Centros u Organismos del Ministerio de Defensa, cuya duración será en función de las necesidades de las Fuerzas Armadas y por un máximo de 30 días al año. Durante ese tiempo, el voluntario pasa a depender del Ministerio de Defensa y a cobrar un sueldo perfectamente estipulado y acorde con su escala de graduación. La mayoría supera los 40 años, entre otras cosas porque la selección se hace en función de los méritos que se tienen. Así, quienes estén en posesión del título equivalente al primer ciclo de carrera, acceden con la graduación de alféreces; los que tienen título de Bachiller, de Formación Profesional, Técnico Especialista o equivalente, consiguen la graduación de sargento, mientras que quienes no posean los títulos anteriores disponen de empleo de soldado o marinero. La última convocatoria de reservistas se realizó el pasado 6 de noviembre con la oferta de un centenar de plazas: 25 en Armada, 13 en Tierra, 12 en Aire y 50 en Cuerpos Comunes de las Fuerzas Armadas. Los interesados tuvieron que presentar su solicitud para entrar a formar parte del proceso de selección que da acceso a las diferentes plazas y que, de pasarlo, supone entrar en la fase de formación militar, de 15 días, para después jurar bandera, convertirse en reservista y esperar a ser activado. Precisamente, esa es la mayor dificultad, recibir la llamada del Ministerio para incorporarse a alguna de las misiones, ya que son muy pocas las que se producen. El gestor del Área de Reclutamiento de Valladolid, el comandante Jesús Pardo García, asegura a ABC que son más los efectivos disponibles que las necesidades de Defensa, hasta el punto de que «es un honor que te activen». Hay, no obstante, una excepción, la de los sanitarios, donde más necesidades existen y que, por lo tanto, son especialmente demandados. También los psicólogos y los ingenieros, además de los juristas, aunque siempre sin llegar a la necesidad existente del personal médico. De hecho, en la última convocatoria han sido seleccionados dos médicos de Valladolid y son también cinco los activados este año en esta provincia. Pero todos ellos tienen que tener en común «sentir los valores de la institución militar» y, por supuesto, «identificarse con España y la patria». A partir de ahí, hay que experimentar la necesidad de aportar la experiencia que cada uno ha adquirido y ponerla al servicio de las Fuerzas Armadas.
De España http://bit.ly/2ZWSYAi
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