Nunca antes un equipo que comenzó la Champions en la fase previa, superando tres rondas, acabó la competición en la final del campeonato de clubes más importante del planeta. Está el Ajax a noventa (o ciento veinte minutos) de conseguir una hazaña inédita en la historia de la Liga de Campeones. Los holandeses, como ya hicieron en el Bernabéu y en el Juventus Stadium, se llevaron la victoria en otro templo del fútbol, el nuevo White Hart Lane. Pochettino no estuvo muy acertado con la lectura del partido. Las importantes bajas de Kane y Son confundieron al técnico argentino, que eligió una defensa de cinco y a Wanyama por delante de ellos, ante un equipo que vive de las constantes superioridades en el centro del campo. El resultado fue un monólogo del Ajax ante un Tottenham acobardado en campo propio y con la zaga metida en el área de Lloris. Su única arma, el balón en largo para el juego de espaldas de Llorente y la velocidad de Lucas Moura no hacía ni cosquillas a los holandeses, dueños absolutos del partido. La superioridad la plasmaron en el marcador pronto, con el gol de Van de Beek en el minuto quince. El joven talento del Ajax recibió dentro del área un pase filtrado de Ziyech, levantó la cabeza, amago hasta en dos ocasiones con el disparo y acabó introduciendo el balón en la red con un golpeo con el interior al palo derecho de Lloris. Los jugadores del Tottenham reclamaron fuera de juego de Van de Beek, pero el VAR confirmó que Trippier habilitaba al mediapunta ajacied. Enorme futbolista Van de Beek, que no tiene la estética de De Jong ni el foco mediático de De Ligt, pero no tiene nada que envidiarle a ninguna de las dos estrellas de este Ajax que ha enamorado a toda Europa con su descaro y buen fútbol. Otro futbolista que tiene todas las papeletas para volar de Ámsterdam este verano y dar el salto a un grande de Europa. Pero esta vez el recital del Ajax no fue completo. El peligroso choque de cabezas en el 39 entre Alderweireld y Vertonghen, que dejó conmocionado al defensa belga y detuvo el partido durante cinco minutos, cambió el partido. Pochettino aprovechó para recolocar a los suyos e introducir a Sissoko en el partido. El técnico argentino abandonaba el erróneo 5-3-2 y volvía a su clásico 4-2-3-1, dando un aire nuevo al duelo y generando las primera acciones de peligro de los ingleses, hasta entonces invisibles en ataque. Sissoko sube el nivel La entrada del pivote francés también le dio más personalidad al Tottenham, cuyo crecimiento tuvo continuidad en el inicio de la segunda mitad, con los mejores minutos del partido para los locales, aunque sin acierto ante Onana. Disparos de media distancia y ataques sin remate facilitaban el trabajo defensivo del Ajax, que se contagió de la verticalidad local y se olvidó del juego elaborado para defender la renta, a la espera de un contragolpe que pudiera dejar la eliminatoria casi sentenciada de cara a la vuelta. El plan del Ten Hag estuvo cerca de salirle redondo en un remate de Neres que el palo izquierdo de Lloris escupió hacia fuera de la raya de gol, en la mejor ocasión de los holandeses en la segunda mitad. El disparo del brasileño, tras asistencia de Tadic, silenció a un White Hart Lane tan consciente de la inferioridad de los suyos, que terminó por dar por bueno el 0-1 pensando que en el Johan Cruyff Arena, con el regreso de Son y el probable de Harry Kane, el pase a la final puede no ser una quimera.
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