Alejandro Davidovich: aire fresco en el tenis español

La constancia es una de sus principales virtudes y la ambición por crecer, su mejor carta de presentación. Alejandro Davidovich es natural de Rincón de la Victoria, un municipio pesquero de Málaga. Este hijo de madre rusa y padre sueco-ruso, cogió por primera vez una raqueta con tan solo tres años. En ese momento, comenzó su idilio con un deporte al que ha consagrado su vida. A pesar de su juventud —en junio cumple 20 años—, su alto nivel sobre la pista ya le ha brindado momentos de gloria. Una de sus mayores hazañas llegó en Londres, donde se alzó con el título de Wimbledon 2017 en la modalidad de júnior, con el mérito adicional de no haber perdido ningún set en todo el torneo. Este año ha realizado grandes actuaciones. En Marrakech logró su primera participación en un cuadro final. En el ATP 250 de Estoril de esta pasada semana ha alcanzado las semifinales tras eliminar en un duro partido a Gael Monfils, número dieciocho del mundo. En la semifinal, el desgaste físico le pasó factura ante Pablo Cuevas, de 33 años. Se marcha de Portugal sin el trofeo, pero con la satisfacción de haber dado lo mejor de sí. Su buena evolución ha sido premiada desde el Mutua Madrid Open con la concesión de la última «wild card» para el cuadro final. Hoy se medirá en primera ronda al francés Richard Gasquet en un duelo apasionante. Si el malagueño gana, se enfrentará a Federer, el tenista de la historia con más títulos individuales de Grand Slam (20). Una oportunidad única que pondría el broche de oro a unas semanas mágicas en las que ha deslumbrado con un juego sobresaliente.

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