Una selección sin futbolistas

Un desencuentro laboral, típico conflicto de intereses económicos por la publicidad y los derechos de imagen, puede desembocar hoy en una situación insólita. Dinamarca podría disputar esta noche el amistoso contra Eslovaquia (20:45) en el City Arena de Trnava no con los mejores futbolistas del país, sino con una colección de jugadores de fútbol sala. Si nada cambia en las próximas horas, será la drástica resolución de la Federación danesa (DBU) ante el desacuerdo que mantiene con la asociación de futbolistas profesionales. La disputa entre ambas entidades se ciñe a un punto: los futbolistas daneses quieren libertad para llegar a acuerdos individuales en materia de patrocinio con empresas que pueden entrar en conflicto, por competencia directa, con los sponsors de la selección nacional. También está en cuestión las condiciones de viaje de los futbolistas. Éstos quieren mejores prestaciones y la federación propone una política de mayor austeridad. Lo que podría entenderse como una mera pugna en la mesa de negociación se ha transformado en un panorama único en los dominios de la UEFA, el máximo organismo del fútbol europeo que observa con preocupación lo que puede suceder hoy. Un listado de jugadores de fútbol sala alimentado con otros futbolistas aficionados. «Es una situación muy lamentable en la que nos encontramos, tanto para el equipo, como para los aficionados y todos los que integramos el fútbol danés. Esperábamos que los jugadores rectificaran cuando les ofreciéramos la misma tarifa, bonificación, seguro pagado y mejores condiciones de vuelo», comentó Claus Bretton-Meyer, CEO de la Federación. A escondidas Algunos jugadores de la Superliga, la primera división danesa, habían aceptado acudir a la llamada de la selección, pero según Bretton-Meyer, habrían desistido por el acoso al que les sometieron sus compañeros. Piquetes de visa oro por parte de los internacionales más reconocidos. Por este motivo viaja con el equipo un psicólogo. La federación dará la lista definitiva de convocados hasta que los jugadores se encuentren en Bratislava. Los 23 convocados, los aficionados y practicantes del fútbol sala, salieron a escondidas en un autobús a la puerta de la sede de la federación en Brondby. La preocupación de los federativos nórdicos reside en el probable castigo que recibirá la selección si no se presenta al partido de hoy, amistoso, en Eslovaquia, o al del próximo sábado ante Gales en la nueva Copa de las Naciones. Ya se ha filtrado que la UEFA podría sancionar a Dinamarca con la exclusión de la Eurocopa 2020. Curioso como poco es el dato. No es la primera vez que la federación danesa se enfrenta a un problema similar. El año pasado ya tuvo que cancelar un partido ante Suecia clasificatorio para el Mundial femenino por una situación similar, en la que el conflicto laboral se impuso al fútbol. «Estamos aquí para resolver el conflicto ahora, no para hacer más grandes las trincheras –comentó el capitán y jugador del Tottenham, Christian Erikssen–. Renovemos el contrato anterior por un mes y luego, tenemos tiempo para negociar el acuerdo completo. Solo hay una razón por la que estamos aquí y no es por dinero. Estamos aquí porque nos encanta jugar para Dinamarca». Los dirigentes daneses han liberado al seleccionador, Age Hareide, del bochorno y han colocado en su lugar, para dirigir estos dos partidos con los jugadores de fútbol sala al el exinternacional John Jensen, campeón de Europa con el denominado equipo de la «Dinamita Roja» que ganó la Eurocopa de 1992. Aquella selección que fue campeona en la final contra Alemania (2-0) después de ser repescada a última hora.

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