ELENA VIVAR
- En agosto había nueve ONG y 12 barcos rescatando migrantes en el mar, ahora solo queda un bote.
- Los tripulantes de Proactiva Open Arms se enfrentan a penas de entre 4 y 7 años en Italia.
El sueño europeo se ha convertido en una pesadilla para muchos migrantes. Cada vez son más las veces que el Mediterráneo pellizca a los que intentan atravesarlo, les despierta y les enseña que la realidad no es lo que sus traficantes les prometían.
Más de 2.726 personas, la mitad de las víctimas migrantes que fallecen en el mundo, lo hacen en este mar. Un mar donde cada vez se dificulta más la labor de quienes salvan vidas.
"Las personas que rescatamos muestran las marcas de las torturas que sufren en los centros de retención" confiesa Ricardo Gatti, jefe de misión de Proactiva Open Arms. La organización, fundada por Óscar Camps, lleva en el Mediterráneo Central desde 2016.
Anabel Montes es también jefa de misión de Open Arms y afirma que "cada vez hay más trabas para realizar rescates. Desde julio del año pasado las formas de la guardia costera libia son más agresivas".
La Unión Europea financia a la guardia costera libia
De hecho, en agosto de 2017 había nueve ONG operativas con 12 barcos. De ellas, actualmente solo queda una ONG con un barco en funcionamiento. Las fechas cuadran con su denuncia.
El 6 de julio de 2017 ministros de la Unión Europea se reunían en Tallín para acordar "seguir aumentando la capacidad de la guardia costera de Libia" y "reforzar los controles fronterizos".
El 28 de agosto España, Alemania, Francia e Italia ratificaban en París los incipientes acuerdos del mes de julio. La guardia costera libia iba a ser instruida y financiada para frenar la llegada de inmigrantes a las costas italianas.
Campaña de descrédito
Las ONG, y en concreto Proactiva Open Arms, han sufrido desde entonces graves ataques por parte de la guardia costera libia. Llegaron a secuestrarles amenazando con abrir fuego si no cumplían sus órdenes.
Sin embargo, estos no son los unicos ataques que ha recibido la ONG. El director de Frontex, Fabrice Leggeri, sembró la duda sobre la labor de "algunas" de estas organizaciones. Llegó a acusarlas de "taxis para los traficantes".
Ricardo Gatti explica que este tipo de declaraciones forman parte de una campaña para criminalizar a las ONG y confiesa que si se instaura la idea de que las organizaciones "están podridas" la gente llegará a pensar que "es mejor que no salgan".
Ahora, el barco con el que opera la ONG está retenido en el puerto italiano de Pozallo. Les acusan de tráfico de inmigrantes al desembarcar en Italia y no entregar a los rescatados a la guardia costera libia, que según Roma eran quien coordinaba el rescate.
Sin embargo, Libia no tiene capacidad para coordinar salvamentos y Roma era el puerto más cercano y seguro, lugar al que según el derecho marítimo internacional habría que llevar a los rescatados.
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