Frente a los 40 regidores que forman parte de la Convención Europea de Alcaldes del C40, la red de ciudades comprometidas con la lucha contra el cambio climático presidida por el representante de Los Ángeles, el primer edil de la capital, José Luis Martínez-Almeida, se comprometió ayer a reducir los gases de efecto invernadero un 65% en 2030 respecto a 1990. De esta manera, Madrid sitúa su objetivo de disminución del CO2 diez puntos por encima del umbral establecido por la Unión Europea. Si hace 30 años se registraban 13 millones de toneladas de CO2, en 2030 se deberán rebajar hasta los 4,5 millones y en 2050, alrededor de 1,4 millones, que se compensarían con medidas complementarias como la absorción por medio de plantaciones forestales. En 2020, la contribución de las energías renovables fue de un 43,6 y ahora el reto es llegar al 74% en 2030. El sector residencial es el que debe de contribuir con el mayor volumen de reducciones (2,9 millones de toneladas de CO2), seguido del sector servicios (2,7) y el del transporte (2,4). En este sentido, el Ayuntamiento fomentará la renovación de equipos térmicos que utilicen fuentes renovables como el biometano producido en la planta de Valdemingómez. Para cumplir con este propósito, el Ayuntamiento aprobará este mes la Ordenanza de Calidad del Aire, que prohíbe en 2022 todas las calderas de carbón. Para fomentar el transporte público limpio lanzó el año pasado las Líneas Cero de Centro, 45 kilómetros de carriles bus y ejecutará ahora nuevos carriles bici.
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