domingo, 28 de marzo de 2021

Modric, tan vital en Croacia como en el Real Madrid

Frío, calculador, reflexivo en sus análisis de los secretos del fútbol, crudo en las autocríticas cuando hay que hacerlas, Luka Modric lloró cuando sus compañeros le rindieron homenaje en la concentración de su selección. Modric el incombustible celebró sus quince años en el equipo nacional croata y la nueva plusmarca de partidos internacionales con la camiseta arlequinada, 135, superando la antigua marca de su compatriota Srna. Lo consiguió en la victoria ante Chipre, 1-0. Mañana puede aumentar la cifra en el enfrentamiento con Malta. Pero lo más importante no son los 135 encuentros, 16 goles y 20 asistencias protagonizados con su país, el dato fundamental es que, a sus 35 años, Luka, como le denominan todos, «es un ejemplo» para Croacia y para el Real Madrid «por su ambición para alcanzar las cotas más altas», su rendimiento regular, su sacrificio para mantenerse físicamente al más alto nivel, su alimentación para extender su carrera hasta el infinito, su desapego del dinero y su talento inagotable para crear magia ofensiva desde el centro del campo. Es un jefe en el campo: «Su liderazgo ha sido clave para inyectar esa ambición por los títulos», señalan en el Real Madrid. Ha renovado hasta 2022 con una rebaja de salario del 10 por ciento El jugador ha admitido sin dudarlo la rebaja de sueldo del 10 por ciento en su renovación por una temporada más con el Real Madrid, hasta junio de 2022. Para Modric prima seguir jugando en el club que le ha dado cuatro Champions por encima del interés económico. Es inteligente. Su esfuerzo ante la exigencia que significa jugar en el conjunto blanco le permite esmerar su estado de forma para rendir en la próxima Eurocopa y en el futuro Mundial de Qatar 2022. La disciplina para aportar su calidad en el ecuador de la treintena es la clave de su rendimiento. «Siempre duerme ocho horas como mínimo», lleva a cabo una alimentación cuidada, paralela a su ADN y se exige mucho físicamente con el fin de resetear constantemente el estado de forma que necesita para funcionar a a este nivel. Cuando llega el mes de enero comienza una preparación intensiva en su objetivo de ofrecer las máximas prestaciones en los meses decisivos de la temporada. Autocrítico y sincero Zidane ensalza una virtud de Luka que también exhibe en su selección: «el liderazgo», imprescindible para tener la máxima ambición por los títulos. Lo demostró con Croacia al llegar a la final del Mundial de Rusia 2018 y llorar amargamente en la derrota ante Francia. Fue Modric quien dirigió a los arlequinados a dar la sorpresa y aspirar al título soñado por cualquier futbolista. El Balón de Oro y el FIFA World Player fueron premios que aplaudieron esa jefatura de mando en el campo. Una «personalidad para cambiar las cosas» en un equipo que ha demostrado desde hace diez años en el Real Madrid como inventor de las jugadas de clase del ataque. Luka «es líder dentro y fuera del campo», dicen en el seno de su club. En el vestuario toma la palabra, levanta la moral de sus compañeros y aporta posturas siempre interesantes, basadas en la experiencia. Su sinceridad es básica para hacer autocrítica en la plantilla cuando es necesario. No se engaña ni pone paños calientes. «Es el primero que dice dentro y fuera que se juega mal» y que la culpa es de ellos y hay que cambiar. Su liderazgo ha llevado a su selección y a su equipo a conseguir los más grandes títulos, dicen en Valdebebas. Es incombustible.

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