
Era el momento más esperado en Italia. Nunca antes un debutante había acaparado tantas miradas. El objetivo solo era uno: ver a Cristiano Ronaldo en partido oficial con su nuevo club, la Juventus de Turín. Cristiano debutó con la camiseta de la «Vecchia signora» ante un recién ascendido, el Chievo de Verona. Parecía el escenario perfecto para estrenarse y deleitar a sus seguidores con goles. Khedira marcó gol al poco tiempo de empezar el partido, lo que parecía indicar que sería un festival de la Juve. No hubo sorpresas en su posicionamiento en el campo. El astro portugués se colocó de delantero centro al comienzo del partido. No obstante, a partir del minuto 15, se vio obligado a bajar al mediocampo ante su escaso contacto con el balón. Fue en el minuto 17, cuando Cristiano estuvo a punto de inaugurar su casillero goleador como «bianconero» con remate raso que lamió la base del poste. A partir de esa ocasión, el luso comenzó a soltarse. Cayó al costado izquierdo y comenzó a generar contraataques peligrosos para los suyos. Los suspiros se apoderaron en el estadio Marcantonio Bentegodi cuando llegada la media hora de choque, el «7» juventino casi emula la chilena que le anotó al que es ahora su club en los cuartos de final de la Champions League. A partir de ahí no se volvió a saber nada de Cristiano Ronaldo en la primera parte. Además, el Chievo hizo lo que parecía impensable. En el 37, consiguió anotar el empate gracias al remate de cabeza de Stepinski. El areite luso intentó levantar a los suyos con aplausos, pero no surtieron efecto y el empate imperó hasta el descanso. En la reanudación, el luso salió al campo con semblante serio. Se el veía concentrado y con hambre de gol. Allegri sustituyó a los que habían sido sus socios en el primer tiempo. Cuadrado y Costa dieron paso a Manzukic y Bernardeschi, ambos de perfil más individualista y rematador. El equipo a la espalda En apenas dos minutos de juego, Cristiano realizó uno de sus tan característicos disparos lejanos, que consiguió repeler el guardameta Sorrentino. El portero del Chievo se encargó de amargarle la tarde al portugués, y eso que el atacante lo intentó de todas las maneras. De cabeza, jugada individual, de libre directo... todo sin éxito. Ante la negativa del cancerbero veronés, en la segunda manga, Cristiano se echó al equipo a la espalda cuando el Chievo se adelantó en el marcador y nutrió a Manzukic de varios centros. Inició varias carreras por la banda izquierda y generando mucho peligro. Finalmente la Juventus remontó el difícil duelo ante el Chievo. Cristiano no anotó y tendrá que esperar al siguiente partido contra el Lazio para estrenarse como goleador de la Juventus.
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