martes, 6 de febrero de 2024

Un desatinado Sadiq deja con vida al Mallorca

PESTAÑA mallorca-rsociedad-copa23/24 Crónica 4 La afición mallorquinista prometió convertir en un infierno la previa del partido. Y no decepcionó. Ambiente atronador, las bufandas y banderas al viento, una atmósfera plagada de rojo, una tamborrada al más puro estilo donostiarra y una plaga de 'dimonis' al frente del espectáculo. En el interior de Son Moix, el himno sonó como nunca. Porque no todos los días se disputa una semifinal de la Copa del Rey. Bien lo sabe la parroquia bermellona, quien desde la última presencia del Mallorca en esta ronda hace ya quince años, ha visto a su equipo transitar por la extinguida Segunda B. Las revoluciones se reducen en cuanto todos los ojos se centran en el césped. Javier Aguirre e Imanol Alguacil coincidieron en definir la eliminatoria como «un partido de 180 minutos». Sus jugadores no quieren desoír las palabras de sus técnicos. En nada se parece el arranque del conjunto mallorquinista al de los cuartos, en el que sometió a todo un Girona. Es día de reducir riesgos, no cometer errores, guardar la posición, ceder la posesión a su rival y buscar las transiciones. Mientras, la Real asume con naturalidad su condición de dominador del balón, que no del partido. Porque con él los 'txuri urdin' buscan en mayor medida el control a través de un ritmo parsimonioso que la portería de Greif. Los guardametas son espectadores de lujo de una partida de ajedrez condenada a las tablas. Un caño de lujo de Copete a Kubo, por inverosímil que parezca, es lo único destacado que llevarse a la boca. Cerca de la media hora de encuentro y con todas la cartas sobre la mesa, el Mallorca decide que es hora de propinar el primer zarpazo. Abdón roza la escuadra con un complejo disparo a bote pronto y un peligroso tiro de Dani Rodríguez se encuentra con la salvadora cabeza de Le Normand. La Real se da cuenta de que especular no es la mejor idea y opta también por buscar el gol. Sadiq no termina de precisar con la cabeza un delicioso centro de Barrenetxea con el exterior. El intercambio de golpes es breve y deja paso a una guerra de guerrillas con Merino involucrado en todos los frentes. Noticia Relacionada FÚTBOL estandar No Abdón Prats, el demonio venerado en Mallorca Daniel Cebreiro Encumbrado a leyenda en el club de su vida tras pasar de Segunda B a semifinales de Copa, en las que los bermellones reciben a la Real Sociedad El paso por vestuarios deja un panorama con más llegada y más peligrosidad, cuando las interrupciones lo permiten. Abdón vuelve a medir mal por centímetros la posición de la portería y Sadiq desaprovecha con un remate con el estómago una nueva entrega de Barrenetxea, eso sí, de difícil finalización. El nigeriano se encuentra el rechace de Greif a un disparo de Brais y, aunque en posición antirreglamentaria, yerra por tercera vez. La cuarta es la peor de todas. La Real triangula con acierto y encuentra un desmarque de Kubo hacia línea de fondo. El japonés regala el gol a Sadiq, pero de forma inexplicable y a puerta vacía, el ariete realista envía su remate por encima del travesaño. A pesar de la falta de atino, el gol donostiarra se acerca. Constantes llegadas y un mayor dominio ante un Mallorca maniatado. Aguirre mueve ficha y cambia la dinámica con un triple cambio, tras el que se produce el debut de Radonjic, centrocampista cedido por la Lazio que no pudo hacerlo en San Mamés por dificultades burocráticas. Objetivo conseguido por el técnico mexicano. La fluidez de la posesión de la Real se ve torpedeada por las piernas frescas de la medular bermellona. Y Greif respira al ver alejado el peligro rival. Pero Barrenetxea se niega a regresar a San Sebastián sin haber encontrado la portería del eslovaco. El jugador más incisivo y desequilibrante del encuentro busca con un retorcido centro a su nuevo destinatario, André Silva, con la esperanza de tener mejor suerte que con el desacertado Sadiq. Copete se adelanta al portugués, pero su despeje no se convierte en autogol por centímetros. Tras noventa minutos de batalla, ambos conjuntos llegan al final del encuentro extasiados y con pocas ganas de arriesgar por un resultado que no descontenta a ninguno. La Real merece más, pero la falta de efectividad, sobre todo de Sadiq, permite al Mallorca plantarse en Anoeta con la eliminatoria igualada. El templo donostiarra dictará sentencia.

De Deportes https://ift.tt/ukd6Aj2

0 comentarios:

Publicar un comentario