domingo, 17 de diciembre de 2023

El reencuentro de Valverde y Baena, efímero y lacrimoso

Al margen de los goles, los puntos en juego y, en definitiva, el fútbol en sí, el personal esperaba con cierta expectación el reencuentro entre Federico Valverde y Alejandro Baena . El morbo es una cualidad inherentemente humana y después del episodio del parking del Santiago Bernabéu en primavera, donde de un puñetazo el uruguayo dejó el ojo morado al mediapunta del Villarreal, las miradas apuntaban en esta noche dominical a ambos futbolistas. Lo único seguro de aquel incidente de motivos contradictorios fue el golpe. Valverde explicó que el móvil de la agresión fueron unos insultos importantes del de Roquetas de Mar a su familia; mientras que Baena mantenía y mantiene que para nada fueron graves sus palabras. Es más, como reconoció su compañero en el Villareal Manu Trigueros recientemente en ABC: «Baena es un chico noble y nos aseguró que no le dijo nada grave a Valverde». Como en tantos conflictos discordantes, las versiones son múltiples y las certezas pocas, pero lo que sí se intuía obvio en la noche de ayer era el recibimiento hostil al mediocampista del Villarreal por parte de un Santiago Bernabéu que siempre creyó en su futbolista. No había comenzado aún el encuentro y el estadio, todavía con alguna butaca vacía, silbaba ferozmente cuando la megafonía mencionó el apellido del andaluz, titular, por supuesto, en el once presentado por Marcelino García Toral . El tormento de Baena apenas acababa de empezar. Pisotón de Lucas Saltaron los futbolistas al césped y, de manera educada y escueta, ambos protagonistas estrecharon sus manos en el común saludo que antecede el inicio del fútbol. Como en el partido del conflicto, Valverde y Baena se defendían mutuamente, aunque su interacción en el partido fue irremediablemente mínima. Porque, más allá de algún leve cruce del almeriense con el balón, donde volvió a ser pitado por el gentío, el infortunio precipitó el temprano fin del reencuentro. Se acercaba el partido a su primer cuarto de hora de juego cuando en plena búsqueda de una pelota muerta, Lucas Vázque z pisó de lleno el empeine derecho de Baena. Cayó este dolorido a la hierba y jamás volvió a ser el mismo. Intentó de veras seguir jugando; sin embargo, renqueante a más no poder, el centrocampista ofensivo no fue capaz de trotar sin molestias. Su final era evidente y, asaltado por las lágrimas, el joven futbolista del Villarrreal regresó al suelo en el minuto 27. Arropado por los suyos pero bajo el sonido de viento de la afición blanca, Baena dio la mano a su sustituto Terrats y enfiló el camino hacia el vestuario. En la otra cara de la moneda, Valverde , pasó una noche feliz. Celebró con rabia el de Montevideo el 1-0 de Bellingham , alucinó con la maravilla de Brahim y, a fin de cuentas, disfrutó con una victoria tan cómoda como abultada.

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