
Con la piel de gallina. Así se mostró Sara Sorribes (Castellón, 1996) cuando el domingo conquistó el WTA 250 de Guadalajara (México). No era para menos. Primera final y primer título, ganado a Eugenie Bouchard, finalista de Wimbledon 2014, con remontada en el segundo set (6-2 y 7-5). Sirva la rival y el resultado para calibrar la calidad de su tenis y el caché del torneo. Hace tiempo que Sorribes ha domado esa sensación de vértigo que da escalar hacia las alturas. En México, la castellonense se mostró especialmente orgullosa de ello: «He sabido manejar a la perfección las emociones. No es nada fácil jugar mi primera final. Estoy feliz de cómo logré competir aquí y de mi actitud durante...
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