domingo, 14 de marzo de 2021

Riesgo de ruptura en Ciudadanos con el núcleo duro de Inés Arrimadas en jaque

Ciudadanos celebra hoy una reunión trascendental en la que está en juego su futuro. La dirección actual y los más fieles a Inés Arrimadas intentan un reagrupamiento que sirva para relanzar el proyecto tras una semana desastrosa en la que han perdido los gobiernos de la Comunidad de Madrid y la Región de Murcia. Los movimientos de las últimas horas intentan taponar una hemorragia que rompa el partido en forma de sonadas dimisiones y ceses de importantes dirigentes. Habrá cambios. La clave estará en la profundidad. Y en si estos son solo para incorporar miembros a la dirección o si también se producen salidas. La salida de Fran Hervías rumbo al PP anticipa una desbandada de cargos que llegaron de su mano cuando era el secretario de Organización de Albert Rivera y responsable del proyecto de expansión por toda España desde 2014. En diferentes estamentos del partido se apunta en esa dirección. Y la frase «a ver qué pasa el lunes» recorre el partido con todo el mundo en guardia. Esa operación para socavar a la formación está siendo aprovechada por la dirección actual para eclipsar la desastrosa estrategia de los últimos días y reunificar el partido con quienes sí quieran quedarse: «¡Que se vayan todos!», exclama una diputada indignada con Hervías. Soltar lastre. Con las filas diezmadas y habiendo perdido dos gobiernos autonómicos en una semana, arrancar un proyecto casi de cero en comparación con lo alto que llegó el partido. Pero todavía con escaparates que constituyen un motivo de esperanza para los más optimistas: «Esto no es UPyD», dice un diputado. Se pone de ejemplo la visibilidad que proyectan los dos ejecutivos autonómicos que quedan en pie, los diez escaños del Congreso y la figura de Arrimadas, que para muchos sigue siendo un activo incuestionable. «Sin Arrimadas el partido habría estado muerto ya hace más de un año. Ella es la única razón por la que todavía existimos y por la que tenemos alguna oportunidad», reflexiona un dirigente que no siempre se ha caracterizado por estar de acuerdo con la presidenta en el año que lleva al frente del partido. Sin embargo, esa sensación de liderazgo incuestionable en torno a ella que se abrió tras la dimisión de Albert Rivera, ya ha empezado a resquebrajarse. Es precisamente eso lo que ha cambiado en esta crisis respecto a las que a lo largo de este año se han podido sentir: el liderazgo de la actual presidenta ya no es incuestionable. «Antes el cuestionado era Cuadrado, pero esta operación tenía el aval de Arrimadas. Ahora la que está señalada es ella», dice otro dirigente del partido. En este trance los grupos parlamentarios en el Congreso y en el Senado pueden estar en peligro. Hay parlamentarios que se plantean ir por libre, después del estrepitoso fracaso de la moción de censura en la Región de Murcia, que ha significado para Cs la pérdida de dos gobiernos autonómicos. Sobre todo, si en la ejecutiva de hoy no se hace autocrítica y no hay ceses. Ya tras las elecciones catalanas los diputados Pablo Cambronero y Marta Martín exigieron explicaciones, así como otros tres senadores fieles a Fran Hervías. Una parlamentaria dice esperar que haya "cambios y autocrítica" como forma de lograr que "salgamos más unidos". Los señalados El intento de camuflar los errores propios bajo la estrategia del PP para descapitalizar Cs es evidente con las declaraciones del fin de semana. Y es algo que acreditan voces de la dirección no siempre alineadas con Arrimadas y su núcleo duro: «Lo de Hervías nos ha unido. Hoy estamos mejor que ayer». Este escenario preocupa a las personas más críticas de la dirección, que temen «un enjuague» sin responsabilidades reales. Tras el fracaso en las elecciones catalanas hace un mes, varios dirigentes de peso solicitaron la dimisión de Carlos Cuadrado como vicesecretario general y número dos de facto del partido. Entonces aguantó. Pero ahora vuelve a estar señalado. Los más críticos en la ejecutiva o algunos líderes territoriales apuntan a su salida. También, aunque en menor medida, a la de José María Espejo. Muchos señalan la necesidad de un relevo en la portavocía que ostenta Melisa Rodríguez, no porque la consideren culpable de la estrategia actual, sino porque creen que hace falta una persona con más capacidades políticas. Lo mínimo que se espera fuera del núcleo de Arrimadas es que se amplíe el Comité Permanente con incorporaciones como Begoña Villacís, Toni Cantó, Juan Marín, Francisco Igea o Luis Garicano. Algunos contemplan al eurodiputado Jordi Cañas como posible portavoz. Y siempre atentos a los movimientos del aparato en Madrid, con Ignacio Aguado y César Zafra a la cabeza. Algunas de esas personas han estado en contacto con Arrimadas y aprobarían la operación si con ello se reduce el peso de Cuadrado y Espejo. Y sin poner como condición indispensable su marcha. Pero esto resultaría insuficiente para los más críticos dentro de la dirección. Entre ellos destaca Cantó. El líder valenciano considera que no se dan las condiciones para disputar el liderazgo. Pero sus decisiones van a depender de lo que haga Arrimadas. Estos dirigentes creen que esta crisis ha impactado en el liderazgo de Arrimadas. Y creen que solo puede preservarlo si cesa a Cuadrado y Espejo. Algunos incluyen también a la secretaria general, Marina Bravo. También hay decepción con el papel desempeñado por Edmundo Bal, pero es una persona más respetada. A este grupo se le considera responsable principal de todos los errores porque «han devaluado la figura de Inés en un año». Pero quienes defienden estas salidas en masa no son nada optimistas: «Están cada vez más bunkerizados», dicen. Temen que usen un discurso victimista por la ofensiva del PP para justificar su continuidad y que «sin autocrítica» como mucho accederán a ampliar el Comité Permanente en una decisión que sea cosmética.

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