
Ángel Gabilondo reniega del líder de Podemos, Pablo Iglesias, para formar Gobierno en la Comunidad de Madrid si no logra mayoría absoluta el 4 de mayo, algo que, según las encuestas, parece probable. Esta es la estrategia contraria a la que sigue el PSOE a nivel nacional, que gobierna con Unidas Podemos (UP) y su máximo exponente de vicepresidente segundo. Pero el candidato socialista, adalid de la moderación, según su partido, dijo en La Sexta que no pactará con Iglesias por el «clima de confrontación» y «extremismo» inherente a su persona. Gabilondo sí se abre a pactar con Ciudadanos y Más Madrid, un acuerdo que Íñigo Errejón ya había sugerido en 2019 para que el Partido Popular no gobernara y que el socialista desestimó entonces. El PSOE quiso matizar ayer a su candidato. «Son sus ideas y preferencias», terció el secretario de Organización del partido y ministro de Transportes, José Luis Ábalos, en la rueda de prensa tras la Ejecutiva federal. Ábalos dejó claro el apoyo del PSOE a la coalición con UP; un balance «positivo», y se desmarcó ahí del candidato. Pero también amparó sus «preferencias» porque, explicó, Madrid tiene «singularidades» y la representación de Más Madrid y UP en la Comunidad de Madrid (20 y 7 diputados) es muy diferente a la del Congreso (3 y 35). Además de que se trataría de un Gobierno provisional hasta las elecciones de 2023, continuó explicando. «Estas declaraciones son del candidato, que tiene todo el derecho como candidato autónomo y la confianza del partido para definir sus propias ideas y preferencias», dijo Ábalos. «El partido no ha tratado esta cuestión», siguió. Gabilondo está materializando un giro el centro porque en la parte izquierda competirán dos papeletas más (Podemos y Más Madrid) y con la caída de Ciudadanos se queda un espacio que a ellos les interesa ocupar. El PSOE es consciente de que ese hueco tendrán que pelearlo un poco más porque la candidatura de Edmundo Bal mejora las expectativas de Cs. Gabilondo trabaja para convencer al electorado más centrista, porque gran parte de ese voto está en la abstención. Y deja margen así a UP y Más País a la izquierda porque luego podrá recurrir a ellos con acuerdos postelectorales. Por otro lado, Ábalos no considera que las palabras de Gabilondo puedan erosionar la relación en La Moncloa: «No creo que haya ningún problema con el vicepresidente, que también se ha puesto en clave de candidato para Madrid y entenderá estas cuestiones». A Iglesias le viene bien esta postura del PSOE porque puede reafirmar así las tesis por las que se presenta: Gabilondo no moviliza al electorado de izquierdas y hay que votar a UP para que no haya un pacto PSOE-Ciudadanos. «No es tan soso», dice Ábalos Ábalos dijo que Gabilondo «no es tan soso» como se le presenta (eso lo dicen Iglesias y la oposición). Y que su perfil es de «profesor serio y formal», «consistente y sin perder la moderación». La postura de Gabilondo tiene otras consecuencias: normalizan a Cs y les sitúa en el plano y además deja claras sus intenciones de querer abrir canales de negociación sin Podemos. Este mensaje puede ser un arma de doble filo que provoque en los votantes de Cs más a la derecha fugas hacia el PP de Isabel Díaz Ayuso. Al margen de esto, el PSOE ha pedido a Inés Arrimadas que rompa sus pactos con el PP en ayuntamientos y Comunidades Autónomas porque quieren «aniquilarlos». Por su parte, Cs respondió que no se fía de Gabilondo porque lo mismo dijo el presidente Pedro Sánchez antes de las elecciones y hoy gobierna con Unidas Podemos, según informa Juan Casillas. El partido naranja también quiere atraer al dudoso entre ellos y el PSOE.
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