
La principal conclusión que extraigo de la moción de censura en Murcia y sus consecuencias es que vivimos en la normalización de lo excepcional. No debemos olvidar que la democracia liberal es una carretera estrecha, de la que salirse es más sencillo de lo que parece. A ambos lados de ese camino de prosperidad está la violencia del ser humano contra el ser humano en la anarquía y al otro lado el Estado despótico. Por ejemplo, en la ola de violencia desatada en Barcelona con relación a Pablo Hasél conviven líderes que parecen apostar por cualquiera de los dos desenlaces. Para mitigar los riesgos en los que la frágil democracia debe desarrollarse, las constituciones liberales incorporan medidas excepcionales que actúan como guardarraíles para evitar el abismo a uno y otro lado del camino. Entre esas figuras se encuentra el Real Decreto-Ley, el Estado de Alarma o la Moción de Censura. Todas ellas figuras legales y democráticas. Pero conviene recordar que fueron diseñadas con el fin de evitar graves accidentes y no para usarlas sistemáticamente como venimos observando en los últimos años hasta haberlas convertido en un instrumento cotidiano. La crisis sanitaria, económica, social y política que vivimos actualmente puede derivar en una grave crisis institucional que nos lleve al abismo si continuamos abusando de estos recursos. Si me permiten la metáfora, necesitamos conductores responsables que circulen por su carril y no conductores suicidas que vayan rebotando de un lado a otro chocando contra los protectores porque, algún día, estos se terminarán quebrando y entonces caeremos por el precipicio. Centro político Los líderes de los extremos o los que solo ansían ocupar y permanecer en el poder, siempre parecen estar dispuestos a plantear una moción de censura. Pero el liderazgo del c entro político no puede caer en esa tentación. Al hacerlo pierde su activo más preciado, que es la confianza que le otorga la sociedad para ofrecer estabilidad y buscar el interés general y no el particular. Estas ideas, presentes en obras de referencia como 'El pasillo estrecho' o 'Cómo mueren las democracias', nos ayudan a comprender los riesgos y desafíos que vivimos en la actualidad, que son determinantes para evitar un grave accidente institucional. Las elecciones en la Comunidad de Madrid da la palabra a la sociedad. No es momento de quedarse en casa, es momento de exigir una c onducción responsable para proteger nuestra democracia.
De España https://ift.tt/3scOfbf
0 comentarios:
Publicar un comentario