
La desgracia quiso que Toñi se quedara sola las pasadas navidades. Su marido, con el que había convivido desde 1973 en la séptima planta de la calle de Camarena, 121 (distrito de Latina), fallecía días antes de acabar el año por un posible caso de Covid-19. Pero lejos de venirse abajo, Toñi mantuvo la misma vitalidad de siempre. Ni el suicidio de su hijo mayor trece años atrás ni la pérdida de su compañero de vida habían podido con esta vecina del barrio de Aluche, recién entrada en la década de los 80. Hasta el pasado sábado, cuando el menor de sus tres hijos, Alberto, la asfixió hasta la muerte antes de quitarse la vida arrojándose al vacío en el...
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