
El pasado domingo, mientras se jugaba el PSG-Nantes, unos ladrones entraron a robar en los domicilios de Di María y Marquinhos. Lo hicieron con sus familiares dentro y se llevaron un botín de más de medio millón de euros. El entorno del argentino no se percató del robo hasta que los asaltantes se habían marchado, pero el del brasileño no corrió la misma suerte y sí sufrió algún tipo de violencia. Se trata de una práctica delictiva cada vez más común que se ha convertido en una auténtica pesadilla para los futbolistas, cuya fortuna y exposición en redes sociales les convierten en un blanco fácil. En los últimos tres años, estos robos se han triplicado hasta el punto de leer...
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