domingo, 5 de enero de 2020

El segundo ERE de Víctor Ullate será efectivo mañana: 30 trabajadores y 600 alumnos, a la calle

Los demi-plié, balancé y demás pasos de ballet no volverán a verse en Alcorcón. Al menos, no en el futuro más inmediato. Víctor Ullate decidió el pasado 18 de diciembre desvincularse de la localidad madrileña y echar el cierre de las escuelas de danza –situadas en centros culturales dependientes del Ayuntamiento– tras once años de actividad. Lo hizo después de ser acusado por el actual Ejecutivo municipal que dirige Natalia de Andrés (PSOE) de llevar desde 2013 «sin ningún tipo de contrato o autorización del Ayuntamiento que normalizara y clarificara los términos de uso de las dependencias municipales». Los dos centros (Los Pinos y Viñagrande) cuentan con un total de 600 alumnos y 30 trabajadores que se quedarán, desde mañana y a mitad de curso, en la calle. La polémica está servida a tan solo un día de que los empleados no tengan que volver a sus puestos de trabajo, y las versiones son totalmente contradictorias. «La compañía nos escribió un correo y nos emplazó a una reunión el día 18, dos días antes del parón navideño. Ahí se nos comunicó y amenazó verbalmente con un Expediente de Regulación de Empleo (ERE). Nos dijeron que el 7 de enero no volviésemos, pero no se nos ha entregado el acta en papel», explica a este diario una de las personas afectadas: «Si no vamos, nos pueden acusar de incumplimiento de contrato. Estamos en una situación rocambolesca y de incertidumbre». Por su parte, desde la compañía, aseguran que las afirmaciones son falsas y que el mismo día por la tarde se les notificó, de manera escrita, la decisión de comenzar el ERE y el cese de actividades. Además, el Consistorio ofreció a Víctor Ullate una prórroga excepcional con el objetivo de que el alumnado no se viese perjudicado y se mantuviesen las clases hasta el 30 de junio, día de finalización del curso. El bailarín se negó. «La autorización llegó el día 19 por la mañana, cuando todo el procedimiento del ERE ya estaba iniciado. No se pudo dar marcha atrás», continúan desde la compañía. Fuentes municipales indican que, debido a la negativa, se ha abierto un periodo de adjudicación urgente para que otra empresa o entidad continúe con el servicio. El cruce de acusaciones se alarga tres meses. En noviembre, coincidiendo con el primer ERE que hizo la compañía al disolver la Fundación, el Ayuntamiento acusó a Ullate de lucrarse. «Estas escuelas están cobrando un precio a las familias sin abonar ningún tipo de gasto por el uso de las instalaciones municipales», dijo entonces la alcaldesa, que culpó al anterior Gobierno, del PP, de «desprotección legal del alumnado» y de «dejadez extrema» al tener desde 2013 las escuelas municipales de Ullate «sin ningún tipo de soporte jurídico». El PP también ha entrado al trapo. En un comunicado indican que Natalia de Andrés «ha expulsado» la escuela de Alcorcón. «El Gobierno radical había emprendido nada más llegar una caza de brujas contra los anteriores gestores de la concejalía de Cultura, acusándolos de irregularidades que no han podido acreditar», asevera en él Ana Gómez, actual portavoz del partido. «Con sus acusaciones sin pruebas, actúan de manera absolutamente irresponsable, anteponiendo sus espurios intereses políticos por encima de los intereses de los alumnos de las escuelas y de sus familias», opina Gómez, quien indica que fueron los Socialistas, cuando la escuela abrió sus puertas, los que decidieron concederle ayudas «de 150.000 euros» a la compañía de Ullate porque pensaban que «su actividad era buena para los vecinos de nuestra ciudad». «Once años después, los mismos que antes alababan la escuela no han dudado en denigrarla en una campaña de desprestigio político cuyas víctimas han sido los vecinos», termina el texto. Víctor Ullate, por su parte, se muestra tajante. «Lo único que he hecho es mantener las escuelas, pese a que son deficitarias», explica el coreógrafo a ABC, que insiste en no permitir que le acusen de lucrarse. «Por eso dije que me quitaba de en medio, pero el profesorado puede seguir en las escuelas, con otra compañía que imparta clase, aunque no lo haga yo», cuenta el profesional, al tiempo que pide que se haga hincapié en que él demandó en repetidas ocasiones que se le hiciese un contrato legal para poder seguir llevando su danza a Alcorcón. «No voy a permitir que me acusen de lucrarme» Al otro lado del teléfono, Víctor Ullate no duda en ser contundente. «No voy a permitir que me acusen de lucrarme, porque eso no es cierto», dice sobre la versión del Ayuntamiento. El coreógrafo insiste en que las escuelas eran «deficitarias» y que pidió, tanto al anterior Consistorio del PP como al actual, legalizar la situación. «Hice trato con los Socialistas en 2008, que después pasó a manos del PP. Se pidió regular la situación, hay escritos que así lo acreditan», dice a este diario, y añade: «No sé por qué no quisieron. Yo he sido generoso y he tenido buena voluntad. Estaba en Alcorcón por cariño. He dado todo lo que tengo a la danza, sin querer jugar con los sentimienos y los sueños de los alumnos. Lo siento por ellos».

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